Obispos santiagueños instaron a cuidar y proteger a los niños negados de derechos
“Aún más, el lado oscuro es la realidad de muchos lugares y hogares de nuestra querida provincia en las que nuestros niños sufren carencias y violencias desde temprana edad, llegando hasta la crueldad porque han sido maltratados hasta ser atrozmente mutilados y muertos en la persona de Marito. Este niño muerto, un niño que hasta hace poco tiempo corría y jugaba con sus hermanos y sus amigos revela muchas hipocresías”, advirtieron en un mensaje navideño conjunto.
“Ante la evidencia desnuda, cruel e indefensa de un niño sin vida, impedido de ir al encuentro de su futuro ya no es posible ocultar la falta de sensibilidad y compromiso de una sociedad que se niega a mirar a nuestros niños maltratados, abandonados y obligados a salir a la calle a mendigar pan y cariño”, agregaron.
Los prelados consideraron que “dejar ver la verdad que permanecía oculta por la injustica sólo es posible cuando Dios entra en la realidad humana con su gracia y su luz”, y aseguraron: “Cristo es la imagen del niño inocente asesinado por las fuerzas de la iniquidad, de la impunidad, el odio y la violencia que prevalecen en un mundo deshumanizado e individualista que amenaza con invadirnos cada vez más”.
Asimismo, insistieron en advertir que “muchos niños y niñas en nuestro país viven bajo temor de ser víctimas de violencia en sus casas, en la escuela, en la calle y en diversas instituciones. La violencia contra las mujeres y los niños representa una de las violaciones de los derechos humanos más extendida que les niega la dignidad, la igualdad, la seguridad, la autoestima y el derecho a gozar de las libertades y derechos fundamentales”.
“La violencia física y psicológica que sufren nuestros niños y niñas incluye las ejecuciones extrajudiciales, las torturas, los tratos inhumanos o degradantes, los castigos físicos aún en el seno familiar, el abuso sexual, la explotación sexual, la trata y el tráfico”, sostuvieron.
Tras destacar que “un niño es un ser ‘hacia’, es decir, un ser proyecto en permanente construcción”, afirmaron que es también “un ser, en relación con Dios, capaz de superarse aún en las condiciones de vida más difíciles”.
“Esta dimensión si bien es un reto es también una fuente de alegría y esperanza”, añadieron.
Monseñor Bokalic y monseñor Melitón Chávez invitaron a sacerdotes, religiosos y religiosas, animadores laicos, miembros de las comunidades, familias, gobernantes, legisladores y jueces a “estar atentos a esta llegada del Señor: Jesús llega a nosotros en cada niño, y en especial en cada niño pobre, donde hay marginación, desintegración familiar, condiciones de vida indignas”.
“En ‘tantos Belén’ marcados por el olvido, pobreza y desidia humana, la celebración del nacimiento de Jesús, quiere despertarnos y llenarnos de su amor para ir al encuentro de los que claman por cuidado y protección. No nos cerremos en nuestras celebraciones sin mirar lo que pasa a nuestro alrededor. Si Jesús nació en nuestros corazones, salgamos a trasformas tristezas, secar lágrimas, acariciar y cuidar a nuestros niños”, reclamaron.
“Una Feliz Navidad es posible si acogemos con fe a Jesús. A este Jesús que nace ‘en nuestro pago’. Con María, Virgen de la espera y del cumplimiento, adoremos al Niño Dios y digamos confiados: tenemos necesidad de Ti Señor, ven y permanece con nosotros Salvador anunciado”, concluyeron.+
Texto completo
Publicar un comentario