Desde Sierra Leona, el padre Crisafulli invitó a “poner en práctica” la misericordia
El director nacional de las OMP aseguró que “el desafío es seguir apoyando a los argentinos que de distintas diócesis, partieron a compartir la Buena Nueva con los más necesitados”. Uno de ellos es el padre Jorge Mario Crisafulli SDB, quien se desempeña en Sierra Leona, y envió un testimonio para dar a conocer la realidad que atraviesan las comunidades africanas.
“Cuando de misericordia se trata, no valen las palabras, sino las acciones, el testimonio de vida”, afirmó el misionero salesiano, y aseguró que la primera tarea de la Iglesia y de la comunidad cristiana es “anunciar la misericordia”, considerando que “el pecado más grande de la Iglesia hoy, en el mundo actual, es llenarse la boca de misericordia, y al final ponerla muy poco en práctica”.
El padre Crisafulli lamentó que “predicamos la misericordia y al mismo tiempo somos extremadamente duros y rígidos con los pobres, con los “pecadores”, con los ignorantes y con los marginados de este mundo”, y relató que en Sierra Leona, diariamente se vive en contacto “con el sufrimiento de los pobres, los pequeños, los desposeídos, los olvidados y humillados, las víctimas de la violencia, los que sufren, los excluidos injustamente, los angustiados, los que lloran, los pecadores, los deshonrados, los presos”.
En Don Bosco Fambul (Familia de Don Bosco), explicó el sacerdote, “tenemos un programa de rehabilitación para niños de la calle, un refugio para chicas abusadas, un programa para chicos huérfanos del Ébola, una línea telefónica de ayuda 24 horas, un programa de ayuda integral a jóvenes prisioneros de la prisión de Pademba”.
En la comunidad donde el padre Jorge se desempeña son cinco salesianos y un grupo de ochenta laicos, que ven en los niños y jóvenes de la comunidad, personas a quienes nadie les ha dicho que pueden ser buenos, “que siempre existe la posibilidad de recomenzar, de darle un nuevo sentido a la vida, de ofrecerle un lugarcito a Dios en el corazón para comenzar a vivir con responsabilidad la propia vida, vivida como un don de Dios y al servicio de los demás”.
El misionero relató la historia de Alfa, un joven ladrón que una madrugada fue encontrado con heridas, producto de una golpiza al ser capturado robando. En Sierra Leona, al pobre que es ladrón, la gente en las calles lo juzga, sentencia y condena a muerte, explicó el religioso. Luego de ser asistido por una enfermera, el joven fue llevado a la comunidad Fambul, donde consideran “que en cada uno de ellos hay una fibra de bien y que para Dios nada es imposible; que su gracia puede hacer de un ladrón, un santo en un instante”. En la comunidad le dieron comida, medicinas y una colchoneta para dormir.
El joven protagonista del testimonio tiene 22 años, es huérfano y tiene tuberculosis. Sin embargo, el padre Crisafulli aseguró que ya ha comenzado su tratamiento y quiere “estudiar un oficio y cambiar su estilo de vida”. “No hay muchachos malos”, concluyó el padre haciéndose eco del pensamiento de Don Bosco.
Teniendo en cuenta que “el amor al prójimo es la madre de todo lo bueno y el signo distintivo del cristiano”, y que sin caridad, todas nuestras oraciones, rosarios y misas no sirven para nada, el religioso deseó “que Tata Dios nos “empape” el corazón con la misma misericordia de su Hijo Crucificado; y que a través de nuestro cuerpo, nuestro corazón, nuestros ojos, pies y manos, el Padre de nuestro Señor Jesucristo siga bendiciendo a los crucificados de este mundo”.
El director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), presbítero Dante De Sanzzi, convocó a contribuir con generosidad en la campaña solidaria a favor de los sacerdotes, religiosos y laicos que “van cumpliendo la llamada del Señor a llevar el Evangelio hasta ‘los confines de la tierra’”.
Todas las parroquias del mundo destinan lo recaudado en las colectas de las misas para el fondo común que se envía a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos a través de la Dirección Nacional de las OMP.
También se pueden acercar donaciones a la sede nacional de las OMP, Medrano 735, del barrio porteño de Almagro, o se puede recurrir a cheques o giro postales (no telegráficos) a nombre de Obras Misionales Pontificias - Sucursal 13 del Correo Argentino.
Además, se puede optar por un depósito bancario en la cuenta corriente en pesos a nombre de Obras Misionales Pontificias, con CUIT Nº 30-53703802-7, y registrada en el Banco Santander Río Suc197-1716-3. El CBU es 0720197020000000171636.
Ante cualquier duda, pueden comunicarse telefónicamente con las OMP: (011) 4862-4136, o por correo electrónico: administracion@ompargentina.org.ar.
Informes: www.ompargentina.org.ar.+
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