El cardenal Poli llamó a bajar la fe a las manos y traducirla en gestos de caridad
“El anuncio devuelve a la Navidad su sentido religioso, profundo y original. Y nos hace volver al motivo principal de esta fiesta: La Navidad es Jesús”, subrayó, y agregó: “Esta fiesta de la fe vivida en familia nos invita a fortalecer nuestros vínculos”.
Tras invitar a dejarse “conmover por este Dios manso que entra en nuestras casas y en nuestras vidas para quedarse”, destacó que “entra en nuestra historia para hacerla más justa, pacífica y digna de ser vivida”.
“Si se cambia la razón de esta fiesta perderemos, como dice el profeta Isaías, la oportunidad de recibir al que trae sobre sus hombros paz sin límites, el derecho y la justicia para siempre. Si la Navidad no es Jesús, nos encontramos con nuestros pobres deseos de paz, que es pan para hoy y migas para mañana. Él es la paz”, advirtió.
El cardenal Poli aseguró que las fiestas navideñas tienen “un mensaje para el pueblo, no es para eruditos, es para todos”, tras lo cual parafraseó varios pasajes del mensaje de Navidad de la Conferencia Episcopal Argentina.
“Nada es fácil en la Argentina de ayer y de hoy, sobre todo para los que dependen de uno o dos sueldos, y ni pensar si la familia con varios hijos está al margen del sistema laboral y previsional. Ahí nuestra nación muestra su peor rostro, porque cuesta creer que en la tierra bendita del pan a uno de cada tres argentinos le falte comida, trabajo, salud, educación e igualdad de posibilidades para progresar”, leyó.
“Las estadísticas visibilizan el número de los pobres, pero nunca alcanzarán a reflejar el dolor, la angustia e indignación de los padres que no pueden sostener a sus familias. La Navidad nos encuentra así”, sostuvo, y añadió: “La emergencia social, declarada hace unos días por el Estado Nacional, nos excusa de dar más ejemplos y comprueba esta cruda y cruel realidad que hoy padecen muchos compatriotas. Esta es nuestra Navidad”.
“Ante la mirada del Niño Dios desde el pesebre, que siendo rico en misericordia compartió nuestra miseria, nos sentimos llamados a ser una Iglesia más humilde, necesitada de purificación por los pecados de todos nosotros. El Hijo de Dios, recién nacido, nos recuerda que somos hermanos para que no perdamos la esperanza de un renovado encuentro fraterno entre los argentinos”, completó dando matices al texto episcopal.
El primado argentino insistió en afirmar que “lo que para nosotros parece inalcanzable, el lenguaje de la Navidad nos recuerda que no hay nada imposible para Dios. Navidad es Jesús que viene a iluminar nuestra vida y nuestra Nación”.
“Tenemos motivos para dar gracias a Dios por los dones espirituales con los que quiso alentar nuestro camino como Iglesia en la Argentina. El Jubileo del Año Santo nos ha unido más a la persona del papa Francisco, incansable apóstol de la misericordia divina”, indicó.
Por último, el cardenal Poli sugirió a la feligresía que “después de contemplar el pesebre en nuestras casas, levantemos la mirada a nuestro alrededor y, si está a nuestro alcance, compartamos con una familia pobre. Entonces, el anuncio de la Navidad, será una fiesta para todos. Así les deseo feliz Navidad para todas las familias”, concluyó.+
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