Educación sexual: “Sólo se puede implantar la teoría de género con normas totalitarias”
“La perspectiva de género tiene basamentos discutibles y es contraria al sentido común; por eso, solo puede implantarse a través de normas totalitarias”, aseveró.
“Ahora dicen que la ESI nunca se implementó y van por el control de quien no se alineo”, sostuvo en un artículo sobre el tema en el diario La Prensa, y aseguró que “la realidad muestra que con esta ley de ESI no disminuyeron los embarazos adolescentes, ni las infecciones de transmisión sexual”.
“Tener una ESI sin ideología es posible y seguramente mucho más efectiva a la hora de prevenir los riesgos de una iniciación sexual precoz, pero no hay una solución express. Quienes enseñan ya no interpretan los mismos contenidos de la forma en que eran interpretados en 2006. Los procesos educativos siempre son a largo plazo”, recordó.
Texto del artículo
En 2006 se promulgó la ley 26.150 que crea el programa de Educación Sexual Integral (ESI). Dos años después el Consejo Federal de Educación, es decir, los ministros de Educación: de la Nación, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de las provincias, determinan los contenidos a enseñar, desde el nivel inicial hasta el terciario no universitario, en todo el sistema educativo argentino en escuelas de gestión estatal y privada. Un observador atento podía descubrir el enfoque de género implícito en estos contenidos, que en ese momento se expresaban en la válida defensa de la igualdad de oportunidades para varones y mujeres y a la intención de terminar con estereotipos culturales rígidos.
Desde 2009 se elaboraron y distribuyeron materiales educativos a todas las jurisdicciones: afiches, folletos, láminas interactivas y cuadernos con fundamentación teórica y sugerencias didácticas que se distribuyeron a través del sistema de salud y los gremios docentes. Se sumaron gran variedad de materiales audiovisuales: secuencias didácticas para el programa Conectar Igualdad, Canal Encuentro y Paka Paka.
El Ministerio de Educación de la Nación realizó capacitaciones masivas presenciales y virtuales en articulación con los provinciales, ONGs, OSCs y otros ministerios.
Un caballo de Troya
La capacitación oficial se basó en la difusión de la teoría o perspectiva de género, que considera que la sexualidad es una construcción social, desvinculada de su naturaleza biológica.
Se la llama también ideología de género porque tiene una intención global de reingeniería social que apunta a la desaparición de las categorías de varón y mujer, enseñándola a los niños, a través de juegos y aprendizajes, desde muy pequeños y durante toda la escolaridad. Esta reingeniería se realiza no solo por medio de la educación sistemática sino también a través de cambios en la legislación y la promoción pertinaz en los medios de comunicación. Este conjunto de ideas y acciones se encuadra en lo que se denomina el marxismo cultural.
En "El origen de la familia, la Sociedad y el Estado", Engels describe a la familia heterosexual y monogámica como un reflejo en miniatura de los antagonismos de clases (varón opresor-mujer oprimida) La manera de hacer caer al patriarcado es a través de la abolición de la "heterosexualidad obligatoria".
La perspectiva de género es contraria al sentido común pero ingresó bajo el ropaje de la empatía, la comprensión, la tolerancia y la mentalidad abierta, apelando a la no discriminación y la inclusión. Recordamos que la intención de este artículo no es realizar juicios sobre las personas, quienes deben ser siempre respetadas como tales, sino evaluar los mensajes que les llegan a los niños que se encuentran en proceso de aceptación y desarrollo de su identidad.
La resistencia
Algunas instituciones educativas percibieron este sesgo en la comprensión de la sexualidad y se resistieron a utilizar ese material o capacitar a sus docentes en dichos cursos.
Como dijimos más arriba, la perspectiva de género tiene basamentos discutibles y es contraria al sentido común; por eso, solo puede implantarse a través de normas totalitarias. Pero, ahora dicen que la ESI nunca se implementó y van por el control de quien no se alineo.
El dictamen firmado el martes 4 de septiembre por diputados de las comisiones de Educación, Familia, Niños, niñas y adolescentes, pretende reformar la ley vigente. El proyecto de ley impondría la ESI como ley de orden público; por lo tanto las provincias no podrían rehusarse a aplicarla, se eliminaría el respeto al ideario institucional y las convicciones de sus miembros, obligaría a incluir los contenidos de manera transversal en el proyecto institucional y sin posibilidad de adaptar las propuestas a su realidad sociocultural, no podría desconocer los contenidos prioritarios (entiéndase teoría de género). Además agregaría preguntas sobre ESI en los operativos de evaluación continuos nacionales, se implementaría un sistema de monitoreo para evaluar el forma continua el grado de aplicación y el Congreso debería recibir un informe semestral de cumplimiento.
La realidad muestra que con esta ley de ESI no disminuyeron los embarazos adolescentes, ni las infecciones de transmisión sexual. No fue efectiva en ese aspecto, porque quizás esa no fue la intención oculta con que fue implementada. Lo que es comprobable son los cambios culturales, legislativos y mediáticos acontecidos desde 2006. El proceso de ideologización social implícito en la ley fue implementado con efectividad.
Tener una ESI sin ideología es posible y seguramente mucho más efectiva a la hora de prevenir los riesgos de una iniciación sexual precoz, pero no hay una solución express. Quienes enseñan ya no interpretan los mismos contenidos de la forma en que eran interpretados en 2006. Los procesos educativos siempre son a largo plazo.+
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