En Córdoba y Tucumán, el Ejército honró a la Virgen Generala
Buenos Aires (AICA): Con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona del Ejército Argentino, este 24 de septiembre en las arquidiócesis de Tucumán y Córdoba se celebraron misas en acción de gracias por la protección de la Virgen a la Patria.
En Tucumán, la misa se celebró en la basílica Nuestra Señora de la Merced, de la ciudad capital, y contó con la presencia de autoridades del Ejército Argentino, Fuerzas de Seguridad, fieles y devotos de la Virgen.
Finalizada la misa, el capellán castrense José Antonio Pasarell, saludó a los presentes y comunicó las felicitaciones enviadas por el obispo castrense de la Argentina, monseñor Santiago Olivera.
En Córdoba, la comunidad del Barrio Militar General Deheza se congregó en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, para honrar a Nuestra Señora de la Merced.
La misa fue celebrada el lunes 24 de septiembre y estuvo presidida por el capellán castrense de la II División del Ejército, padre Walberto Andrés Morales. Ese mismo día, finalizó la novena en la que la comunidad religiosa elevó sus peticiones a la Virgen por la Patria, elevando la esperanza en momentos tan difíciles para la sociedad.
En su homilía, el padre Morales destacó: “Conmemoramos los 800 años de la Virgen de la Merced. Bajo esta advocación surgen los Padres de la Merced o Mercedarios que se ocupan de los cautivos. Pidámosle a la Virgen de la Merced, que nos libre de estar cautivos del pecado y nos llene de gracia, para ser más fieles al Señor; confiémosle toda la familia militar del Ejército y, confiándonos todos a su protección, seamos mejores hijos de Dios”, rezó.
La Virgen Generala
Hace 206 años, el general Manuel Belgrano encomendaba a Dios y a la Santísima Virgen la protección de la patria argentina en la batalla de Tucumán. Según las crónicas de la época, bajo su celosa custodia se decidió la suerte que correrían las Provincias Unidas del Río de la Plata, pues el general Belgrano contaba sólo con unos 1000 soldados y se encontraba en serias desventajas frente a los realistas.
El ejército español avanzaba con más de 3000 hombres, es así que, frente a esta realidad, el general Manuel Belgrano, aquel 24 de septiembre de 1812, desde muy temprano estuvo rezando ante el altar de la Virgen, invocando su protección. Y el milagro sucedió: fue tan especial la victoria, que el propio Belgrano encargó redactar el parte de la siguiente manera, “La Patria puede gloriarse de la victoria que han obtenido sus armas el 24 del corriente, día de Nuestra Señora de la Merced, bajo cuya protección nos pusimos”.
A consecuencia de la gracia, Belgrano la nombró Patrona de su Ejército, y en una solemne procesión un mes después de la victoria, en el Campo de las Carreras, donde se había librado la Batalla de Tucumán, el General se presentó ante Nuestra Señora de la Merced. La Virgen, que era portada en andas por los soldados, descendió a nivel y allí, Belgrano le ofrendó su bastón de mando.
En ese acto, depositó el bastón en manos de la Virgen, e inmediatamente la proclamó Generala del Ejército.
En 1867, el Cabildo de Tucumán había nombrado a la Virgen patrona y abogada de la ciudad de San Miguel de Tucumán por los muchos favores que Nuestra Señora de la Merced brindó al pueblo tucumano.+
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