En Itatí, Mons. Ojea llamó a los jóvenes a "gastar la vida en el servicio"
Durante la madrugada hubo misas y se atendieron confesiones en el templo. La misa central fue celebrada en el atrio de la basílica y estuvo presidida por el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea.
Concelebraron el arzobispo anfitrión, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap; monseñor Ramón Dus, arzobispo de Resistencia; monseñor Juan Rubén Martínez obispo de Posadas; monseñor Damián Santiago Bitar, obispo de Oberá; monseñor Adolfo Canecín, obispo de Goya; monseñor José Vicente Conejero Gallego, obispo de Formosa; monseñor José Macín, obispo de Reconquista; monseñor Gustavo Montini, obispo de Santo Tomé; y monseñor Hugo Barbaro obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña. Monseñor Marcelo Martorell, obispo de Puerto Iguazú, no pudo estar presente por razones de salud.
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Mons. Ojea: "Yo soy una misión en esta tierra"
En su homilía, monseñor Ojea expresó: “Es un inmenso gozo para mí acompañar a mis hermanos obispos del NEA y recibirlos en la casa de la Madre”.
En esta 39ª Peregrinación, el prelado destacó el coraje de los caminantes, el espíritu de servicio de los grupos de apoyo, y la carpa de adoración al Santísimo Sacramento como una etapa del camino para descansar.
Monseñor Ojea afirmó que la peregrinación es “la oración del cuerpo”, y explicó que “no solamente reza la mente y reza el corazón, también reza el cuerpo, con nuestro cansancio, con nuestro ya no poder hablar más, nuestro solo caminar, con dificultad, llegar a la casa de la Madre y ofrecerle esto que somos, esta vida, este cuerpo que se cansa, que transpira, que lucha, que sufre, que goza, que proyecta, que tiene esperanza”.
“Le pedimos especialmente, ya que queremos hacer la voluntad de Dios como María, que es el lema de este año, por todos los jóvenes de la patria, por todos nuestros jóvenes, por los que no trabajan y estudian, por todos los que se ven impedidos en sus posibilidades de crecer por una sociedad que se va cerrando, una sociedad ya vieja en muchos sentidos, en muchos aspectos”, rezó.
El obispo llamó a poner delante de la Virgen “el corazón de todos los jóvenes de nuestra Patria aquí en Itatí”, y a mirar cómo ella cumple la voluntad de Dios.
En ese sentido, llamó a imitar el coraje de la Virgen cuando recibió su misión, mediante la anunciación del Ángel, y tomando las palabras del papa Francisco, recordó que “la misión no es una parte de la vida o un adorno que me puedo sacar, yo soy una misión en esta tierra y para eso he venido al mundo”.
En ese sentido, exclamó: “¡Qué maravilloso si nosotros en el camino de la peregrinación podemos ir descubriendo con la luz de la Virgen nuestra misión, pensando en tantos jóvenes que no pueden desarrollar su misión en esta tierra porque están impedidos de hacerlo! ¡Qué riqueza tendríamos los argentinos si todos los jóvenes pudieran aportar todo el tesoro de su singularidad, de su vocación, para construir la Patria! ¡Qué bueno que es trabajar para que todos los jóvenes puedan vivir su vocación, descubrir su vocación y llevarla adelante!”, añadió, asegurando que el único camino de la felicidad es “gastar nuestra vida en el servicio”.
Finalmente, llamó a los jóvenes a refugiarse en la Virgen. “Aquí hay lugar para todos”, afirmó, y destacó la mirada de la Madre, que nos asegura “que nunca vamos a estar solos, porque tenemos familia”.
Monseñor Stanovnik, por su parte, saludó en primer lugar al intendente de Itatí, a quien agradeció “por recibirnos en este hermoso pueblo” y rezó “para que realmente pueda cuidarlo, ante las fronteras perforadas a través de las cuales se comercia con la vida de la juventud”, dijo.
El segundo saludo fue para el papa Francisco: “Es bueno que le hagamos llegar desde acá un enorme abrazo y nuestra oración filial, con mucha vergüenza por cómo lo estamos tratando en Argentina, pero le decimos que estamos con él, que rezamos por él, y que realmente soporte las turbulencias por las que tiene que pasar”, manifestó el arzobispo anfitrión.
Los jóvenes, en defensa de la vida
Una joven de la diócesis de Oberá fue la encargada de leer el manifiesto de los jóvenes: “Venimos caminando, con la Esperanza puesta en nuestro Creador, inspirados en el ejemplo de María, sabiendo de muchos jóvenes como nosotros, que están angustiados, desconsolados; sufriendo la cultura de la muerte, que cada vez está más presente, en nuestras colonias, barrios y ciudades. Sin embargo, como sus hijos, mantenemos siempre en alto la defensa de la vida, decimos Sí a la Vida. Queremos ser Jóvenes más comprometidos con nuestros hermanos, por eso te pedimos, Madre, nos acompañes”, expresaron.
Durante la celebración central se hizo el traspaso de la imagen peregrina de la Virgen de Itatí de la arquidiócesis de Corrientes a la diócesis de Reconquista, y la Cruz peregrina a la diócesis de Puerto Iguazú. Además se anunció el lema de la 40º Peregrinación Juvenil que será “Madre, bajo tu mirada discernimos nuestra vida”.
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Finalmente, la comunidad entregó un obsequio a monseñor Ojea: un poncho correntino, que en gesto de gratitud, y a pesar del calor, el obispo vistió para impartir la bendición.
Finalizada la misa, la imagen peregrina de María de Itatí, portada en andas por los coordinadores y servidores de la peregrinación, recorrió el frente del templo recibiendo el saludo de los miles de jóvenes.
A través de la cuenta de Facebook de Noticias Itateñas, seguidores de las provincias de la región y de Salta, Córdoba, Santa Cruz, Tierra del Fuego, del Paraguay, Chile y España, siguieron la transmisión en vivo.
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