Mensaje del Papa a los católicos chinos: “Una nueva página de la historia”
Según afirmó el Papa al finalizar la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, con este mensaje pretende trasladar un “respaldo fraternal “a los católicos chinos tras el revuelo producido por la noticia de la firma del Acuerdo.
De hecho Francisco explica al inicio de su mensaje el asunto: “En los últimos tiempos, han circulado tantas voces contrastantes sobre el presente y, sobre todo, sobre el futuro de las comunidades católicas en China. Soy consciente que tal remolino de opiniones y consideraciones pueda haber creado tanta confusión, suscitando en muchos corazones, sentimientos opuestos. Para algunos, surgen dudas y perplejidad; otros tienen la sensación de sentirse como abandonados por la Santa Sede y, al mismo tiempo, se hacen la pregunta conmovedora sobre el valor de los sufrimientos que se enfrentan para vivir en fidelidad al Sucesor de Pedro. En muchos otros, por el contrario, prevalecen expectativas y reflexiones positivas, animadas por la esperanza de un futuro más sereno por un fructífero testimonio de fe en suelo chino. Una situación -destacó- que se acentuó con el Acuerdo Provisorio entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de los obispos, firmado en días pasados en Pekín.
Francisco expresa su “sincera admiración”, que “es la admiración de toda la Iglesia Católica”, por el don de la fidelidad de los católicos chinos, “de constancia en la prueba, de la confianza profundamente arraigada en la Providencia de Dios, incluso cuando ciertos acontecimientos demostraron ser particularmente adversos y difíciles. Tales experiencias dolorosas pertenecen al tesoro espiritual de la Iglesia en China y de todo el Pueblo de Dios peregrino en la tierra”.
El Papa señala más adelante que el Acuerdo Provisorio es “el fruto del largo y complejo diálogo institucional de la Santa Sede con las autoridades del gobierno chino, inaugurado por San Juan Pablo II y continuado por el papa Benedicto XVI”. A través de este proceso, la Santa Sede no tuvo -y no tiene- en mente, más que realizar los objetivos espirituales y pastorales de la Iglesia, es decir, apoyar y promover el anuncio del Evangelio, y alcanzar y preservar la unidad plena y visible de la comunidad católica en China “.
El pontífice señala a la continuación que “para el viaje que, en esta nueva fase, estamos llamados a recorrer” fue fundamental abordar, en primer lugar, “la cuestión de los nombramientos episcopales. Es bien sabido por todos, que, por desgracia, la historia reciente de la Iglesia católica en China ha sido dolorosamente marcada por profundas tensiones, heridas y divisiones, que se han polarizado sobre todo alrededor de la figura del Obispo como el custodio de la autenticidad de la fe y garante de la comunión eclesial. Cuando, en el pasado, se pretendió determinar también la vida interna de las comunidades católicas, imponiendo un control directo más allá de los poderes legítimos del Estado, en la Iglesia en China, apareció el fenómeno de la clandestinidad”.
El Papa pide un gesto público de fidelidad de los “obispos reconciliados”
Francisco revela de haber sentido un “gran consuelo al constatar el sincero deseo de los Católicos chinos de vivir la propia fe en plena comunión con la Iglesia universal y el sucesor de Pedro”, incluyendo a los obispos “que han herido la comunión en la Iglesia, por debilidad y errores, pero también, no pocas veces, por una fuerte e indebida presión externa”. “Por lo tanto - añade - después de haber examinado atentamente cada situación individual, personal, y escuchado diferentes opiniones, he reflexionado y rezado mucho buscando el verdadero bien de la Iglesia en China” y “ante el Señor y con serenidad de juicio, en continuidad con la orientación de mis inmediatos predecesores, he decidido conceder la reconciliación a los restantes Obispos 'oficiales' ordenados sin el mandato pontificio y, tras eliminar las sanciones canónicas relacionadas, los he readmitido en la plena comunión eclesial. Al mismo tiempo, les pido a expresar, a través de gestos concretos y visibles, la unidad reencontrada con la sede apostólica y con las Iglesias esparcidas por el mundo, y mantenerse fieles a pesar de las dificultades”.
“El Acuerdo Provisorio - explicó el Papa – no obstante, se limita en algunos aspectos de la vida de la Iglesia y siendo necesariamente perfectible, puede ayudar - por su parte - a escribir esta nueva página de la Iglesia católica en China. Esto, por primera vez, introduce elementos estables de colaboración entre las Autoridades del Estado y la Sede Apostólica, con la esperanza de garantizar a la Comunidad católica, buenos Pastores. En este contexto, la Santa Sede tiene la intención de hacer plenamente lo que le compete, pero también ustedes, Obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos, les espera un papel importante: buscar juntos buenos candidatos que sean en grado de asumir en la Iglesia el delicado e importante servicio episcopal. No se trata, de hecho, de nombrar funcionarios para la administración de los asuntos religiosos, sino tener verdaderos Pastores según el corazón de Jesús, comprometidos en obrar generosamente al servicio del Pueblo de Dios, especialmente de los más pobres y los más débiles”.
Diálogo y respeto
Asimismo, el pontífice hace un llamado al diálogo, al encuentro y al respeto entre la Santa Sede y el gobierno chino “para construir un futuro común de mayor armonía”.
“En este surco se coloca el Acuerdo Provisional, que es fruto de un largo y complejo diálogo institucional entre la Santa Sede y las Autoridades chinas, iniciado ya por san Juan Pablo II y seguido por el Papa Benedicto XVI”.
Ese recorrido, según afirmó el Papa, “no tiene otro objetivo, sino el de llevar a cabo los fines espirituales y pastorales que le son propios; es decir, sostener y promover el anuncio del Evangelio, así como el de alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica en China”.
Además, el Papa invita también a los católicos chinos “a que se hagan artífices de reconciliación” en el país, pues, “la comunidad católica en China está llamada a permanecer unida, para superar las divisiones del pasado que tantos sufrimientos han provocado y lo siguen haciendo en el corazón de muchos pastores y fieles”.
Por ese motivo, pidió “que todos los cristianos, sin distinción, hagan ahora gestos de reconciliación y de comunión”. “Que, en el ámbito civil y político, los católicos chinos sean buenos ciudadanos, amen totalmente a su Patria y sirvan a su País con esfuerzo y honestidad, según sus propias capacidades. Que, en el plano ético, sean conscientes de que muchos compatriotas esperan de ellos un grado más en el servicio del bien común y del desarrollo armonioso de la sociedad entera”.
Dirigiéndose a los obispos, sacerdotes y personas consagradas, el Papa les pide que superen “las contraposiciones del pasado, la búsqueda de la afirmación de los intereses personales” para cuidar en cambio, a los fieles, comprometiéndose “humildemente por la reconciliación y la unidad”.
A los católicos de todo el mundo, el Papa les pide “que acompañen con una ferviente oración y con una fraterna amistad a nuestros hermanos y hermanas en China. De hecho, ellos deben sentir que en este camino, que se abre frente a ellos, no están solos “.
El Papa, por último, implora al Señor por el don de la paz e invita a todos a invocar la protección maternal de la Virgen María.
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