Mons. Azpiroz Costa a los estudiantes: "¡Nuestra patria necesita de ustedes!"
El prelado recordó el significado de la palabra estudiante, “aquel que aprende”, y señaló que proviene de la Edad Media. “Podemos encontrarlo en los monasterios o conventos medievales y particularmente en Santo Tomás de Aquino”, detalló.
“Este fraile de la Orden de Predicadores reflexionó sobre la etimología de la palabra estudio y decía que quienes abandonaban la búsqueda de la verdad eran aquellos que no estaban dispuestos a esforzarse en encontrarla, a emprender el sacrificio necesario para llegar a ella. Por lo tanto quien quiere llegar a la verdad, o quien finalmente llega a ella, es el estudiante, el esforzado”, explicó.
“Desde este marco se empezó a denominar estudiantes a quienes se dedicaban a buscar a Dios y la verdad. Luego, el término se extendió a todo aquel que buscaba la verdad en un área del conocimiento determinada, y en una última acepción se comenzó a denominar estudiante a todo aquel que se dedicaba a aprender”, continuó. “Santo Tomás de Aquino fue proclamado ‘Doctor de la Iglesia’ (1567) y ‘patrono de las universidades y centros de estudio católicos’ (1880)”, relató.
El arzobispo compartió con los estudiantes algunos consejos de Santo Tomás de Aquino: “No te lances de golpe al Océano, sino entra en él por los arroyitos, porque es conveniente que de lo más fácil desemboques en lo más difícil. No te apresures en hablar, tampoco te apresures en acudir allí donde se habla. Conserva la pureza de conciencia. No dejes de entregarte a la oración. Muéstrate amable con todos. No quieras andar averiguando los hechos ajenos. Huye sobre todo del vano activismo. No dejes de seguir la huella de los santos y de los hombres de bien. No mires quién lo dice, mas lo que diga de bueno encomiéndalo a tu memoria. Trata de comprender aquello que lees y que oyes. Aclara tus dudas. Esfuérzate por ubicar todo lo que puedas en el cofre de tu mente, como quien desea llenar un vaso”.
Asimismo, añadió una oración del santo para rezar antes del estudio:
Oh inefable Creador nuestro,
altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría,
dígnate infundir el rayo de tu claridad
sobre las tinieblas de mi inteligencia,
removiendo la doble oscuridad con la que nací:
la del pecado y la ignorancia.
¡Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños,
instruye la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición!
Dame agudeza para entender, capacidad para retener,
método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar
y gracia abundante para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al terminar
¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
“En este día en el que en el hemisferio sur contempla también el fin del invierno y el comienzo de una nueva primavera, pido a Dios que renueve la vida de todos ustedes. Así como el Creador -con la nueva claridad del equinoccio primaveral- da nuevo calor, color y fuerza a la naturaleza, inspire en ustedes todo buen propósito. ¡Nuestra patria necesita de ustedes, que con esfuerzo y tesón se dedican a aprender y por ello a ser así útiles a la sociedad!”, aseguró.
“María Santísima, sede de la Sabiduría, inspire en ustedes el amor a la verdad tal como se ama a una persona… Fue Jesús, fruto de su vientre, quien nos sigue susurrando al oído del corazón: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, concluyó.+
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