El arzobispo de Rosario pide medidas para que no “se siga traficando y matando gente”
El prelado ratificó a los sacerdotes que cuentan con su apoyo “porque ciertamente la Iglesia necesita ser una presencia en los lugares más postergados olvidados o necesitados como hoy también son tantos jóvenes nuestros que sufren la esclavitud de la droga que destruye y desarma humanamente”.
“Ahí entonces que esté la mano de la Iglesia para mostrar su amor, para recuperar su amor por la vida, para devolver la dignidad que les quiere llevar lo más precioso que tiene: Jesucristo que es la raíz de toda recuperación, de toda dignidad humana”, agregó.
El arzobispo rosarino pidió a Dios que los referentes eclesiásticos puedan “seguir trabajando en esta línea con sencillez, con humildad, con paciencia pero con mucha confianza en el Señor” y que la comunidad parroquial y de la escuela, también atacada, pueda “seguir con serenidad reclamando a las autoridades para que cumplan con su misión”.
“En nuestra ciudad día por medio tenemos un muerto por la violencia, armas desparramadas por todos lados y dinero negro que corre a raudales. Y nadie se puede hacer el distraído en este momento. Nadie puede mirar para lado”, aseveró.
“Por eso esto es lo que humilde y firmemente reclamamos a las autoridades, no desde la oposición política, no desde un proyecto político, sino desde la Iglesia, como pastores, como quien mira el bien del pueblo. Entonces la necesidad de que la clase dirigente ponga el ojo en esta cuestión y no que sea algo superficial mientras pasa esta tormenta y se siga traficando, se siga repartiendo armas, se siga matando gente”, sostuvo.
Monseñor Martín afirmó que “lo que necesitan nuestros barrios es paz y tranquilidad. Lo que quiere la gente, lo que queremos es poder vivir tranquilos, trabajar, estudiar, poder salir a la calle, tomar mates, poder salir a visitar a los vecinos, ir a comprar el pan… la vida sencilla de cada día”.
“La seguridad no está en manos ni del Obispo, ni del Cura, ni de nosotros, sino de las autoridades. Por eso reclamamos con humildad pero con firmeza que asuman el compromiso, su deber que es mantener y resguardar la seguridad de las personas”, subrayó.
“Sigamos caminando, queridos hermanos, con esperanza. Quien nos sostiene es el Señor. Seamos nosotros, con nuestras actitudes, sembradores de paz, con nuestros gestos testigos e instrumentos de la paz que solo nos trae el Señor”, concluyó.+
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