“Una vez más, -dijo el pontífice- quisiera expresar mi cercanía al amado pueblo venezolano, particularmente extenuado por la prolongada crisis. Pidamos al Señor que inspire e ilumine a las partes en causa, para que puedan llegar lo antes posible a un acuerdo que ponga fin al sufrimiento de la gente por el bien del país y de toda la región”.
Millones de venezolanos han salido del país y se quedan en circunstancias muy precarias en los países vecinos, en Brasil y en Colombia, causando tensión en la capacidad de acogida de esos países.
Esta semana los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana, en su exhortación pastoral en el jueves 11 de mayo, pedían una vuelta a la Constitución, elecciones y que se deje entrar la ayuda de alimentos y medicinas con supervisión internacional.
Los obispos de los países latinoamericanos (el CELAM, Consejo Episcopal Latinoamericano) se expresaron el viernes 12 de mayo pidiendo un “cambio de rumbo” para el país y apoyando a los obispos venezolanos. “Le manifestamos nuestra plena solidaridad con el pueblo y la Iglesia venezolanos, frente a la compleja y dramática situación política, económica y social que les toca vivir en estos difíciles tiempos, donde está en juego la democracia, derechos humanos y cuidado de la Creación”.+
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