Mons. Martínez alienta a una conversión de la sociedad y sus estructuras
“Todo hombre o mujer, por más que haya cometido el peor de los delitos o tenga los peores pecados, puede convertirse a Dios y cambiar sus actitudes con sus hermanos y esto hasta el último minuto de su vida”, sostuvo en su carta semanal.
El prelado señaló que este texto del Evangelio es aplicable no sólo a la situación personal, sino que también hay que plantearse siempre la conversión de la sociedad, de las personas y de las estructuras.
“Necesitamos tener una mayor conciencia moral que apunte sobre todo a una verdadera ética ciudadana, que desde actitudes egoístas se encamine hacia la globalización de la solidaridad”, aseveró.
Monseñor Martínez consideró que “la conversión de Zaqueo, el publicano enriquecido injustamente, así como el mejoramiento de la conciencia social y ética ciudadana y solidaria, permitirán ahondar en una inclusión social más consistente”.
“El jefe de los publicanos, Zaqueo, percibió que la salvación llegaba convirtiéndose a Dios y tratando de reparar sus pecados, sobre todo percibió la mirada misericordiosa de Jesucristo. Los cristianos debemos sabernos responsables de trabajar por globalizar la solidaridad construyendo en esperanza”, concluyó.+
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