Mons. García: "La Palabra de Dios se lleva desde los gestos concretos de solidaridad"
Con un gran porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza, la diócesis de San Justo sufre los efectos de las medidas de aislamiento instrumentadas para frenar el contagio del coronavirus, ya que muchas familias necesitan salir a trabajar día a día para llevar un plato de comida a sus hogares.
Por eso, el Obispado de San Justo se unió a los esfuerzos de los gobiernos nacional, provincial y municipal, y de otras instituciones, poniendo a disposición de la comunidad distintos centros religiosos con camas para recibir a los más necesitados, que también serán de utilidad en caso de que los contagios avancen, para dar alojamiento a las personas con cuadros leves que necesiten permanecer aislados para no continuar propagando el virus.
Entre los centros puestos a disposición de la comunidad se encuentran la colonia “Mi Esperanza”, en Isidro Casanova; el polideportivo “San José”, en el barrio 17 de marzo, donde tienen injerencia los denominados curas villeros; y el predio donde funcionaba el seminario, ubicado en Monseñor Bufano y América, en San Justo.
“Durante la pandemia, mucha gente no tiene casa donde quedarse y la Iglesia los recibe en sus centros”, expresó monseñor García. “Muchos de ellos son trabajadores que viven del jornal y no les quedó nada. Entonces, al hambre hay que combatirlo de alguna manera. Es por ello que, también, se han multiplicado los comedores y los lugares de asistencia a la gente, porque la vida sigue a pesar de la pandemia”, destacó.
“Creo que van a venir tiempos difíciles para los barrios y todos vamos a tener que ajustarnos el cinturón, porque hay muchos que ya lo tienen muy ajustado. La necesidad pone negro sobre blanco y nos tiene que ayudar a tomar conciencia. Como dice el Papa, estamos en una misma barca y nos tenemos que ayudar entre todos”, profundizó el prelado, y sostuvo, además, que “la palabra de Dios se lleva desde los gestos concretos de solidaridad”.
Una Pascua diferente
En referencia a esta Semana Santa especial, en la que las celebraciones se llevan a cabo sin presencia de fieles, el obispo de San Justo expresó: “Es una Semana Santa particular, que se vive desde adentro, no solamente dentro de las casas, sino de una manera mucho más íntima y personal. Yo creo que esto también es parte del camino que vamos haciendo. Se vive la fe de otra manera, pero se vive”.
Al mismo tiempo, para seguir acompañando a los fieles desde sus casas, anunció que las misas se transmitirán virtualmente a través de las cuentas de Instagram y Facebook desde la catedral y desde distintas parroquias del obispado.+
Publicar un comentario