Mons. Mestre: “El amor, ingrediente necesario para una vida feliz”
Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): En su reflexión sobre la liturgia del domingo, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, aseguró que “Dios nos creó para vivir y estar constantemente en su amor y en el amor”. “Por eso se hace necesaria siempre una ‘dosis’ de amor en todo lo que hacemos y vivimos”, explicó y propuso tres palabras para la meditación: moneda, intensidad, esencial.
“En el Evangelio de este domingo, una vez más tenemos a un fariseo que quiere tenderle una trampa al Señor”, observó el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, en su reflexión sobre la liturgia dominical.
“Ante los 613 preceptos de la ley que debía cumplir un judío observante en la época de Jesús era lógico que se preguntaran ‘cuál era el mandamiento más grande de la ley’”, explicó el prelado y señaló que “el Señor, tomando textos bíblicos respondió con gran maestría, señalando cuál es el mandamiento principal del que depende toda la ley y los profetas”.
Luego, monseñor Mestre propuso tres puntos de meditación sintetizados en tres palabras: Moneda, intensidad, esencial.
Dos caras de una misma moneda
Ante la tentación de separar el amor a Dios del amor al prójimo Jesús es muy claro: dos mandamientos que son uno. Así como toda moneda necesariamente tiene dos partes, “cara y ceca”, de la misma manera el amor en serio, el amor cristiano es uno pero tiene dos dimensiones que son inseparables: el amor a Dios y el amor al prójimo. Estas son la “cara y ceca” del amor como Jesús nos lo enseña.Con toda la intensidad de la vida
La expresión con “todo” el corazón, el alma y el espíritu refleja claramente la intensidad y totalidad que el amor cristiano posee. Ese es el amor verdadero. Ese es el amor de Jesús. Una intensidad que no tiene que ver con la expresión exterior de “carga sentimental” o con superficiales “efectos románticos”. Un amor donde la intensidad se transforma en dar la vida: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”. ¿Cómo nos amó Jesús? Dando intensamente su vida para salvarnos. Esa es la verdadera intensidad del amor: dar la vida.El amor, lo esencial de la vida
"El amor -prosiguió monseñor Mestre- es el ingrediente absolutamente necesario para una vida feliz y por eso Jesús lo pone como elemento esencial. No se puede vivir sin amor. Dios nos creó para vivir y estar constantemente en su amor y en el amor. Por eso se hace necesaria siempre una 'dosis' de amor en todo lo que hacemos y vivimos. Todo con amor. Lo malo de nuestra vida debe ser 'tocado' por el amor para ser modificado en algo bueno. Pero también lo bueno de nuestra vida necesita siempre del amor para que no se 'desproporcione' ni se absolutice nada que no tenga que ser absoluto. Toda virtud, toda capacidad, todo talento, todo carisma, todo don que tengamos debe estar siempre 'tocado' por el amor", concluyó el obispo marplatense.+
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