La actividad se realiza cada dos años y nuclea a todos los grupos y movimientos juveniles eclesiales en la jurisdicción diocesana. Dirigiéndose a ellos, el obispo destacó un mensaje: “Cuídense entre ustedes. Quiéranse y amen la vida. No se dejen atrapar por el espejismo de las adicciones, que es un callejón sin salida”, manfiestó.
Los participantes del encuentro emitieron una proclama en la que, conscientes de la realidad actual de los jóvenes, de las opciones de muerte y esclavitud que se les presentan, y habiendo reflexionado y trabajado, expresaron sus compromisos para vivir en la mirada liberadora de Jesús.
Entre sus compromisos se destacan dejar de lado el pesimismo y los prejuicios, valorar a amigos y familia, fortaleciendo el diálogo, liberarse de la envidia y agradecer los regalos de Dios, vencer el consumismo, y el uso de los medios electrónicos para enfocarse en las necesidades de nuestros hermanos.
Se comprometieron también a luchar contra el flagelo de la droga, ayudando a los jóvenes que han caído en adicciones, sin juzgarlos; y a anunciar con alegría a Jesús, que nos libera de vicios y placeres momentáneos, proponiendo una felicidad plena, que nadie nos puede quitar.+
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