Carta abierta de los obispos: El voto a favor de la ley no expresa el sentir de los cordobeses
La carta está firmada por monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba; monseñor Adolfo Uriona FDP, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto; monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco; monseñor Samuel Jofré, obispo de Villa María; monseñor Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje; monseñor Gustavo Zurbriggen, obispo prelado de Deán Funes; y los obispos auxiliares de Córdoba, monseñor Ricardo Seirutti y monseñor Pedro Torres.
“Los que profesamos la fe católica, como la mayoría de los argentinos, queremos la justicia, la paz, el bien común, una vida plena y digna para todos”, afirman en el comienzo del documento, que expresa en once puntos “con respeto y la mayor claridad posible” las consideraciones de los prelados.
“Los obispos de las seis diócesis presentes en el territorio cordobés, sentimos el deber de expresarnos acerca de la propuesta de los senadores de nuestra provincia sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Dicha ley cuenta con la media sanción de Diputados, y los senadores tienen la grave responsabilidad de dar su voto sobre ella. A nadie se le oculta la importancia, complejidad y gravedad de la materia sobre la que están legislando: la dignidad de la vida, tanto del ser humano en gestación como de la madre gestante”, destacan.
“Por las mismas razones, nosotros, como pastores y ciudadanos, sentimos también el deber de hacerles llegar a los cordobeses nuestra valoración de algunos aspectos de esta propuesta”, expresan.
Ante todo, reconocen “la oportunidad de incluir expresamente la objeción de conciencia institucional”, considerando que “insólitamente, la ley con media sanción, mientras admite, aún con incomprensibles restricciones, la objeción individual, prohíbe taxativamente la objeción institucional”.
Si bien asumen que la propuesta de los senadores cordobeses es un aporte importante en esta delicada materia, los prelados la consideran “insuficiente”.
El tema de fondo, no resuelto en esta propuesta, advierten, es en primer lugar “cómo acompañar el drama de las mujeres que han sufrido violencia o abandono, y que viven un embarazo no querido; en segundo lugar, y es lo más decisivo, cómo legitimar la injustificable muerte de un inocente”.
Por otro lado, afirman que sería “desacertado” el voto aprobatorio por parte de los senadores, ya que creen que “no expresa ni el sentir de muchos cordobeses, ni el rico cimiento jurídico a favor de la vida de nuestra Constitución Provincial”.
La expresa oposición al aborto, explican, “no surge, en primer término, de un dogma o de razones puramente religiosas. La defensa y cuidado de la vida por parte de todos y del Estado es cuestión de humanismo y racionalidad más allá de las creencias religiosas personales de cada uno”, aclaran.
“Creemos que una democracia que no respete toda vida humana se convierte visible o encubiertamente en dictadura de los que ostentan más poder”, señalan, “porque cuando no se respeta la vida del más débil la libertad se convierte en ocasión de dominio y arbitrariedad”.
Citando la carta "Evangelium vitae", de San Juan Pablo II, recuerdan que “todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo”. En el reconocimiento de este derecho, añaden, “se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política”.
Continuando con las reflexiones del Santo, advierten que “en muchas ocasiones la opción del aboto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso”, porque “la decisión de deshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia”. Estas razones, destacan, aun siendo graves y dramáticas, “jamás pueden justificar la eliminación deliberada de un ser humano inocente”.
“El Creador ha confiado la vida del hombre a su cuidado responsable, no para que disponga de ella de modo arbitrario, sino para que la custodie con sabiduría y la administre con amorosa fidelidad”, recuerdan los obispos, e indican: “Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor”.
Finalmente, agradecen “a todos los que se han animado a expresar respetuosamente en este tiempo, incluidos legisladores provinciales, hombres y mujeres públicos, que Vale Toda Vida”, e invocan a Jesucristo, el Señor de la historia, “implorando las luces necesarias para los legisladores de la nación y todos los que tienen que tomar estas decisiones tan importantes para la vida y futuro de los argentinos y cordobeses”.+
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