El Congreso es convocado por la Red Nacional de Músicos Católicos Evangelizadores (RedeMúsicos), en coordinación con la dimensión episcopal de música litúrgica (Demusli) del episcopado mexicano.
Armando Jiménez, del equipo de la Demusli, explicó que hasta hace poco, los músicos evangelizadores no tenían un espacio dentro de las dimensiones de la estructura pastoral de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), por lo que realizaban su servicio como podían, con quien los invitara o les pidiera apoyo; y en muchos casos, en colaboración con su obispo o párroco.
Hoy, con una dimensión dentro de la Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica y con este tipo de congresos, lo que se busca es mayor comunicación y unidad en la RedeMúsicos, “en lugar de que cada uno ande haciendo su lucha de manera individual y solitaria; con esta red, queremos dar un servicio a la Iglesia”, señaló.
La música al servicio del Evangelio
Al referirse a la importancia de evangelizar a través de la música, Armando Jiménez consideró que, al interior de la Iglesia, ésta sirve a los fieles para reafirmar o renovar su fe, mientras que al exterior, constituye un reto mayor, porque requiere de la utilización de los lenguajes contemporáneos.
Explicó que uno de los grandes desafíos es “utilizar los diferentes estilos musicales que están en boga para transmitir el Evangelio, a fin de que la música sea un canal, una herramienta, para que el mensaje de Dios, la Buena Nueva, llegue a esas personas que, o se alejaron o no han tenido ningún contacto con la Iglesia católica”.
En este sentido, se refirió a la importancia de la formación: “Los músicos evangelizadores debemos ser católicos auténticos; eso es indispensable porque hay muchos músicos católicos que no conocen la identidad católica”.
Jiménez aseguró que si bien hay mucha gente de muy buena voluntad, cuando se le escucha cantar, queda en evidencia que su música es muy deficiente; “hoy más que nunca es necesario que seamos capaces de impactar a nuestras realidades con lenguajes musicales de calidad, con contenidos de calidad, porque muchos componen, pero no tienen la preparación suficiente; o componen muy bien musicalmente, pero en la letra, en el contenido, se quedan cortos, con ideas muy vagas o muy sentimentales, sin transmitir la riqueza de nuestra fe”.+
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