Ciudad del Vaticano (AICA): El Papa Francisco expresó su profundo dolor por la enorme catástrofe en las Filipinas tras el paso del tifón Haiyan Yolanda, uno de los más grandes y violentos de la historia con una fuerza máxima de 5 puntos. Se estima que las víctimas causadas puedan ser más de 10 mil. A través de su secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin, el Papa envió un mensaje al presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, en el que se muestra “profundamente entristecido por la destrucción y la pérdida de las vidas causadas por este tifón. ¨Al orar por todo el pueblo de las Filipinas, el Santo Padre ofrece su propio estímulo y coraje a las autoridades civiles y al personal de emergencia, para que se ayude a las víctimas de esta tormenta. El Papa invoca las bendiciones divinas de fortaleza y consuelo para la Nación Filipina¨.
Su Santidad expresa su más profunda solidaridad por todos los afectados por la tormenta y sus secuelas. El Papa “es especialmente consciente de los que lloran la pérdida de sus seres queridos y de los que han perdido sus hogares. "Al orar por todo el pueblo de las Filipinas, el Santo Padre ofrece su propio estímulo y coraje a las autoridades civiles y al personal de emergencia, para que se ayude a las víctimas de esta tormenta. El Papa invoca las bendiciones divinas de fortaleza y consuelo para la Nación Filipina".
Francisco, que fue informado puntualmente de la trágica situación que está sufriendo el archipiélago del sudeste asiático, en un tweet en inglés también comunicó su cercanía al pueblo filipino: "Les pido a todos que se unan a mí en la oración por las víctimas del tifón Haiyan-Yolanda, especialmente los de las queridas islas de Filipinas".
La mayoría de las víctimas se encuentran en la ciudad costera de Tacloban, en la isla de Leyte, en el centro del archipiélago filipino. Aquí se produjeron los daños mayores, pocos edificios han quedado en pie. El aeropuerto ha quedado destruido.
Con vientos de hasta 320 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y olas altas, incluso de 6 metros, Haiyan Yolanda es considerado un súper tifón, el más violento que jamás haya golpeado el país.
Ochocientas mil personas han sido evacuadas. El ejército filipino está empleando más de 15 mil soldados para las operaciones de rescate, pero la necesidad de utilizar helicópteros para moverse, hace que las ayudas sean más lentas.
UNICEF expresó su preocupación porque entre los más de 4 millones de personas afectadas, el 40% son niños. El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, PAM, está dispuesto a prestar toda la asistencia posible al gobierno de Filipinas, así como la Unión Europea.
Aunque ahora el nivel potencial del tifón se redujo a fuerza 4, podría recuperarse a través del Mar del Sur de China y golpear en las próximas horas las costas de Vietnam, donde las autoridades han evacuado a unas 600 mil personas.
En una entrevista con AsiaNews, el padre John King, Superior regional del Pontificio Instituto de misiones extranjeras (PIME), señaló que "la mayoría de las zonas afectadas por el tifón están sin electricidad, teléfonos y agua potable".
El sacerdote explicó que en los próximos días la PIME colaborará con Caritas y la diócesis local para recolectar ayuda para los desplazados, muchos de ellos ya afectados por el terremoto de magnitud 7,2 ocurrido el 15 de octubre en la provincia de Cebú.
"En el momento -agrega el padre King- es demasiado pronto para establecer estrategias de emergencias. Las autoridades aún tienen que definir la verdadera magnitud de la tragedia". Mañana en las parroquias se iniciará una primera campaña de solidaridad a favor de las víctimas.
Por su parte Radio Vaticano se puso en contacto telefónico con el padre Sebastiano D'Ambra, misionero del PIME en Zamboanga: “La situación es muy grave. Se dice que millones de personas, de alguna manera, quedarán afectadas por este evento: miles y miles de personas buscan refugio. Hay muchos muertos y desaparecidos y se espera que sean muchos, muchos más, a medida que se conozcan los hechos.
“Existe un plan de emergencia, dijo el sacerdote, puesto en marcha por el gobierno y se está coordinando la situación, pero en algunas zonas no se puede ir. Todo ha sido destruido! Es una situación muy alarmante. ¡Realmente esperamos que las organizaciones internacionales y locales sean capaces de hacer todo lo posible, porque hay necesidad de todo! Las Filipinas están pasando por un período de gran tribulación”.+
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