"La consolación es la gracia de saber recibir y mostrar en todo momento, especialmente en aquellos marcados por el sufrimiento y la desilusión, la presencia y la acción compasiva de Dios que nunca nos abandona y permanece siempre fiel a su amor por nosotros", sostuvo ante los miles de peregrinos que participaron de la audiencia general.
El Obispo de Roma recordó que esta afirmación surge de la misma Sagrada Escritura.
Francisco hizo hincapié en los escritos de San Pablo, para explicar que el apóstol afirma que somos fuertes, pues en la lógica del Evangelio nuestra fuerza no viene de nosotros sino del Señor, que nos concede experimentar su consolación y su amor fiel, y nos da la capacidad de estar cerca de los hermanos más débiles y de hacernos cargo de su fragilidad.
La Palabra de Dios alimenta en nosotros la esperanza, que se traduce concretamente en servicio recíproco y en el compartir, subrayó, y afirmó que esto es posible sólo cuando en el centro está Cristo y su Palabra.
El Papa aproveche la celebración del Día del Agua, para pedir que "tutelar el agua como bien de todos, valorando incluso su significado cultural y religioso".+
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