Durante el encuentro se avanzó sobre los aspectos organizativos internos, como los edificios más apropiados para erigir los centros, las aptitudes humanas que deben tener los voluntarios que estarán a cargo y las tareas específicas por realizar a diario. Participaron voluntarios de Lincoln, Ameghino, Bragado, 25 de Mayo, Carlos Casares y Nueve de Julio.
Los participantes manifestaron algunas incertidumbres como el crecimiento del problema de las adicciones; los prejuicios de las comunidades, los conti-nuos fracasos de algunos programas gubernamentales, que deberían ser ac-tores fundamentales para trabajar en red con estos centros y algunos temores que surgen a partir de algunas experiencias particulares.
En este contexto, monseñor Ariel Torrado Mosconi apeló al famoso relato del Antiguo Testamento para exhortar a los presentes a no desalentarse ante la dimensión del desafío: “Debemos mantener el espíritu que mantuvo David en su lucha contra Goliat”, insistió durante el encuentro, en referencia a aquel pequeño niño que enfrentó y venció a un fuerte guerrero armado apenas con una honda.
También participaron del encuentro algunos funcionarios, que presentaron un crudo diagnóstico de las dificultades que suelen enfrentar las dependencias públicas que trabajan con las adicciones y señalaron la necesidad del estado de trabajar con otras instituciones, especialmente con la Iglesia.
Por ese motivo, manifestaron la voluntad de apoyar y acompañar estas ini-ciativas de la diócesis: “Debemos juntar el prestigio y la eficiencia de la Iglesia con los recursos que dispone el Estado”.
El encuentro concluyó con una renovada propuesta del obispo para seguir dando pasos para avanzar en el proyecto de que cada ciudad de la diócesis tenga por lo menos un centro barrial u Hogar de Cristo para responder a esta nueva forma de pobreza.+
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