El Santo Padre advirtió además sobre la naturalización de la violencia y sobre los falsos dioses, “los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo”.
“Tengo esperanza en ustedes, además al recorrer vi muchos chicos, y donde hay chicos hay esperanza. Gracias. Tengo esperanza en ustedes, en el corazón de tantas personas que quieren una vida bendecida. Han venido a buscarla aquí, a una de las explosiones de vida más exuberantes del planeta. Amen esta tierra, siéntanla suya”, expresó el Pontífice.
Francisco se dirigió luego al Hogar “El Principito”, donde 270 niños aguardaban su llegada y lo honraron con una canción. Al dirigirse a ellos, el Papa les recordó que son “el tesoro más preciado que tenemos que cuidar”.
Luego les pidió perdón por “las veces que los mayores no lo hacemos o que no les damos la importancia que se merecen”, ya que consideró que “sus miradas, sus vidas siempre exigen un mayor compromiso y trabajo para no volvernos ciegos o indiferentes ante tantos otros niños que sufren y pasan necesidad”.
Además, advirtió que los niños “hoy son devastados por el vértigo de un progreso mal entendido”, y les pidió que “no se conformen con lo que está pasando. No renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños”, estimulándolos a que estudien, se preparen, aprovechen la oportunidad que tienen para formarse. “El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita tal y como son”, manifestó.
En ese sentido, Francisco indicó que los niños necesitan modelos positivos a seguir que “sean para ellos, como decía el Principito, las estrellitas que iluminan en la noche”.
Como regalo para “El Principito”, el Pontífice dejó una réplica de la pintura de la “Nuestra Señora del Reposo” cuyo autor es Roberto Ferruzzi, un pintor italiano del siglo XIX.
La versión que obsequió el Papa fue elaborada en el 2014 por el artesano Gino Favero, quien le añadió a la imagen de la Virgen con el Niño Jesús algunos detalles en metal.+
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