Lima (Perú) (AICA): Ante miles de personas congregadas en la Plaza de Armas de Lima, el Papa Francisco rezó este mediodía la oración mariana del Ángelus. Entre los presentes se destacaba una gran cantidad de jóvenes, a quienes Francisco recordó la importancia que tienen para la Iglesia y les advirtió que el corazón “no se puede photoshopear”.
En sus palabras, el Pontífice se dirigió especialmente a los jóvenes, a quienes recordó que “sus rostros, sus búsquedas, sus vidas, son importantes para la Iglesia y debemos darle la importancia que se merecen”.
El Papa los llamó además a tomar como ejemplo a los santos jóvenes, que confiaron en el Señor “porque el Señor había confiado primero”.
Francisco animó a los presentes a no darse por vencidos ni perder las esperanzas, les pidió que se animen a seguir a Jesús.
“El corazón no se puede ‘photoshopear’, porque ahí es donde se juega el amor verdadero, ahí se juega la felicidad y ahí mostrás lo que sos. ¿Cómo es tu corazón? Jesús no quiere que te ‘maquillen’ el corazón. Él te ama así como sos y tiene un sueño para realizar con cada uno de ustedes”, señaló.
Finalmente, mencionó la situación de la República Democrática del Congo, y exhortó a las autoridades, a los responsables, “y a todos, en ese amado país, que pongan su máximo empeño y esfuerzo, a fin de evitar toda forma de violencia y buscar soluciones a favor del bien común”, concluyó.
Texto completo:
Queridos jóvenes:
Me alegra poder reunirme con ustedes. Estos encuentros para mí son muy importantes y más en este año en el cual nos preparamos para el Sínodo sobre los jóvenes. Sus rostros, sus búsquedas, sus vidas, son importantes para la Iglesia y debemos darle la importancia que se merecen y tener la valentía que tuvieron muchos jóvenes de esta tierra que no se asustaron de amar y jugar su vida por Jesús.
¡Queridos amigos, cuántos ejemplos tienen ustedes! Pienso en San Martín de Porres. Nada le impidió a ese joven cumplir sus sueños, nada le impidió gastar su vida por los demás, nada le impidió amar y lo hizo porque había experimentado que el Señor lo había amado primero. Así como era: mulato, y teniendo que enfrentar muchas privaciones.
A los ojos humanos, o de sus amigos, parecía que tenía todo para «perder» pero él supo hacer algo que sería el secreto de su vida: confiar. Confiar en el Señor que lo amaba, y ¿saben por qué? Porque el Señor había confiado primero en él; como confía en cada uno de ustedes y no se cansará nunca de confiar. A cada uno de nosotros el Señor nos confía algo y la respuesta es confiar en Él. Cada uno de ustedes piense ahora en su corazón, ¿Qué me confió el Señor? Cada uno piense, ¿qué tengo en mi corazón que me confió el Señor?
Me podrán decir: pero hay veces en que confiar se vuelve muy difícil. Los entiendo. En esos momentos pueden venir pensamientos negativos, sentir que hay muchas situaciones que se nos vienen encima y pareciera que nos vamos quedando «fuera del mundial»; pareciera que nos van ganando.
Pero no es así, aún en los momentos en que ya se nos viene la descalificación: seguir confiando. Hay momentos donde pueden sentir que se quedan sin poder realizar el deseo de sus vidas, de sus sueños. Todos pasamos por situaciones así. En esos momentos donde parece que se apaga la fe no se olviden que Jesús está a su lado. ¡No se den por vencidos, no pierdan la esperanza!
No se olviden de los santos que desde el cielo nos acompañan; acudan a ellos, recen y no se cansen de pedir su intercesión. Esos santos de ayer pero también los de hoy: esta tierra tiene muchos, porque es tierra ‘ensantada’. Perú es una tierra ensantada. Busquen la ayuda y el consejo de personas que ustedes saben que son buenas para aconsejar porque sus rostros muestran alegría y paz. Déjense acompañar por ellas y así andar en el camino de la vida. Pero hay algo más. Jesús quiere verlos en movimiento: a vos te quiere ver llevar adelante tus ideales y que te animes a seguir sus instrucciones.
Él los llevará por el camino de las bienaventuranzas, un camino que no es nada fácil pero es apasionante, es un camino que no se puede recorrer solo, hay que recorrerlo en equipo, donde cada uno puede colaborar con lo mejor de sí. Jesús cuenta contigo, como lo hizo hace mucho tiempo con Santa Rosa de Lima, Santo Toribio, San Juan Macías, San Francisco Solano y tantos otros.
Y hoy te pregunta a vos si, al igual que ellos, ¿Estás dispuesto, estás dispuesta, a seguirlo? ¿Hoy, mañana, vas a estar dispuesto o dispuesta a seguirlo? ¿Y dentro de una semana? No estés tan seguro, no estés tan segura. Mirá, si querés estar dispuesto a seguirlo, pedile a Él que te prepare el corazón para poder seguirlo, ¿Está claro?
Queridos amigos, el Señor nos mira con esperanza. Nunca se desanima de nosotros. A veces a nosotros nos pasa que nos desanimamos de un amigo una amiga y después vimos que no era tanto, nos parecía bueno y después vimos que no era tanto, y lo dejamos.
Padre, pero si supiera las cosas que yo hago… yo digo una cosa pero hago otra mi vida no es del todo limpia, así todo Jesús no se desanima de vos y ahora hagamos un poco de silencio, cada uno mire en su corazón como es su propia vida, lo mira en el corazón. Y vas a encontrar que por momentos hay cosas buenas que por momentos hay cosas que no son tan buenas y así todo, Jesús no se desanima de vos, y desde tu corazón decile: Gracias Jesús. Gracias porque viniste para acompañarme aún cuando estaba en las malas. Gracias Jesús. Se lo decimos todos. Gracias Jesús, gracias Jesús, gracias Jesús.
Es muy lindo ver las fotos arregladas digitalmente, pero eso solo sirve para las fotos, no podemos hacerle ‘photoshop’ a los demás, a la realidad, ni a nosotros.
Los filtros de colores y la alta definición solo andan bien en los videos, pero nunca podemos aplicárselo a los amigos. Hay fotos que son muy lindas, pero están todas trucadas y déjenme decirles que el corazón no se puede ‘photoshopear’, porque ahí es donde se juega el amor verdadero, ahí se juega la felicidad y ahí mostrás lo que sos. ¿Cómo es tu corazón? Jesús no quiere que te ‘maquillen’ el corazón. Él te ama así como sos y tiene un sueño para realizar con cada uno de ustedes.
No se olviden: Él no se desanima de nosotros. Y si ustedes se desaniman los invito a agarrar la Biblia y acordarse y leer ahí los amigos que Jesús eligió, que Dios eligió: Moisés era tartamudo; Abraham, un anciano; Jeremías era muy joven; Zaqueo, un petiso; los discípulos, cuando Jesús les decía que tenían que rezar, se dormían; la Magdalena, una pecadora pública; Pablo, un perseguidor de cristianos; y Pedro, lo negó. Después lo hizo Papa, pero lo negó… y así podríamos seguir esta lista. Jesús te quiere como sos, así como quiso a estos sus amigos, con sus defectos, con ganas de corregirse, pero así como eran.
No te maquilles el corazón pero mostrate delante de Jesús como sos para que Él te pueda ayudar a progresar en la vida.
Cuando Jesús nos mira, no piensa en lo perfecto sino en todo el amor que tenemos en el corazón para brindar y para seguirlo a Él, para Él eso es lo importante, eso es lo más grande ¿Cuánto amor tengo yo en mi corazón? Esas respuestas quiero que las hagamos también a nuestra Madre, Madre Querida Virgen María, mirá el amor que tengo en el corazón, es poco, es mucho, no sé si es amor, y tengan seguro que ella los acompañará en todos los momentos de la vida, en todas las encrucijadas en sus caminos, especialmente cuando tengan que tomar decisiones importantes. ¡No se desanimen, no se desanimen! Vayan adelante, todos juntos, la vida la pena vivirla con la frente alta. Que Dios los bendiga.
Estamos en la Plaza Mayor de Lima, un lugar chiquito en una ciudad relativamente chica del mundo. Pero el mundo es mucho más grande, y está lleno de ciudades y de pueblos, y está lleno de problemas, y está lleno de guerras. Y hoy, me llegan noticias muy preocupantes desde la República Democrática del Congo. Pensemos en el Congo.
En estos momentos, desde esta plaza y con todos estos jóvenes, pido a las autoridades, a los responsables, y a todos, en ese amado país, que pongan su máximo empeño y esfuerzo, a fin de evitar toda forma de violencia y buscar soluciones a favor del bien común.
Todos juntos, en silencio, rezamos por esta intención, por nuestros hermanos de la República Democrática del Congo.+
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