Los obispos mexicanos llaman a “colaborar con las autoridades electas”
El domingo 1 de julio los mexicanos votaron por candidatos a más de 18 mil cargos públicos. Entre ellos, se eligió al nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición de izquierda “Juntos Haremos Historia”, que obtuvo el 53% de los votos.
Los obispos mexicanos destacaron que la jornada electoral del domingo “fue en general, ordenada y serena”.
“Detrás de este esfuerzo democrático está la dignidad y libertad de cada ser humano, llamado a participar en la vida social”.
“Nuestro reconocimiento a las autoridades electorales, así como a todos los ciudadanos en general. Gobierno y sociedad, trabajando juntos, podemos hacer grandes cosas”, señalaron.
Los obispos mexicanos subrayaron que “solo podremos crear mejores condiciones de desarrollo para todos, si nos involucramos en primera persona, en el mejoramiento de nuestros municipios, entidades federativas y de toda la República Mexicana”.
“Ningún gobernante por sí mismo tiene todas las ideas y todas las soluciones. Es responsabilidad nuestra seguir participando cívicamente, siempre con respeto de los derechos humanos y del auténtico bien común”.
La CEM subrayó también que “la educación y el combate a la pobreza, la verdad y la libertad, el respeto a la diferencia y la búsqueda de consensos, son los caminos para vencer la desigualdad, el egoísmo y el abuso”.
Además, expresaron su condena a “los actos de violencia suscitados en algunas localidades del país, especialmente aquellos que atentaron en contra de la vida humana”.
Los obispos alentaron a los creyentes del país “a unirnos en oración, para agradecer y consolidar este momento cívico-político”.
“A los católicos, en especial, los exhortamos a redoblar su compromiso para que el testimonio de nuestra entrega y generosidad, iluminen la vida social, con el evangelio de la vida, de la paz y de la solidaridad”.
La CEM aseguró que “seguiremos implorando la protección maternal de Santa María de Guadalupe, quien nos impulsa a construir un México reconciliado, justo y fraterno que reivindique la dignidad de los más pobres y excluidos, la vida del no-nacido, el bien de nuestras familias y la auténtica libertad religiosa”.
“La Virgen del Tepeyac es Patrona de nuestra libertad y lugar de acogida para todos. Por su intercesión la ayuda del cielo nunca nos faltará”, concluyeron los obispos. +
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