“Esa locura, sin embargo, no estuvo limitada a la Argentina. Demasiadas veces en estos 25 años hemos visto vidas y esperanzas truncadas en nombre de la religión”, lamentó.
“Esta ‘tercera guerra mundial a pedacitos’ no sabe de fronteras, y ha demostrado su rostro cruel desde Oriente hasta Occidente. Ha convertido esposas en viudas, hijos e hijas en huérfanos, y todo ello en nombre de Dios, blasfemado en nombre de Dios”, agregó.
El pontífice precisó que “no es la religión la que incita y lleva a la guerra, sino la oscuridad en los corazones de quienes cometen actos irracionales”, y recordó que “Dios nos ha llamado a convivir como hermanos, y esta fraternidad nos abraza y nos une más allá de cualquier límite geográfico o ideológico”.
“Entre todos constituimos la gran familia humana; esta conciencia de ser hermanos, junto con los valores del respeto y de la tolerancia, la debemos transmitir a las próximas generaciones”, pidió.
El Papa afirmó que “es cierto que Dios nos ha creado iguales en derechos, pero también lo ha hecho en deberes y en dignidad”, por lo que sostuvo: “La paz no ha de ser sólo nuestro derecho, su construcción debe ser nuestra obligación”.
“En esta conmemoración del 25 aniversario estoy junto a ustedes y rezo por ustedes. Que el Dios de nuestros Padres los bendiga y los cuide. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí”, concluyó.+
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