“Este es nuestro santo argentino”, señaló en su homilía antes las más de diez mil personas presentes. “Aquí Brochero entregó los años más hermosos de su vida, aquí gastó la vida al servicio del Evangelio de Jesucristo”, afirmó y preguntó: ¿Qué hemos hecho nosotros? ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué haremos?”.
La celebración comenzó con el ingreso de la imagen del patrono del clero argentino, traída por peregrinos, oficiales de la policía, paisanos y fieles, por uno de los laterales de la Plaza Centenario. Detrás de la imagen, el presbítero Gustavo Humarán, uno de los predicadores de la novena, portó las reliquias del santo. La Eucaristía, presidida por monseñor Ricardo Araya, fue concelebrada por el párroco y rector del santuario, presbítero David Silva; el vicario parroquial, presbítero Alex Martínez, sacerdotes y diáconos.
Terminada la celebración eucarística, los presentes -entre ellos alumnos del Instituto Tránsito de María, colegio fundado por el Cura Brochero junto con la beata Catalina de María- realizaron una procesión con la cruz, las imágenes del Santo Cura Brochero y la Purísima, en un recorrido de mil metros por las calles del pueblo, pasando por la casa donde falleció el santo, y finalizando en la Plaza Centenario, a las puertas del santuario, donde el obispo impartió la bendición final.
Al concluir la fiesta, monseñor Araya pidió: “Sigamos el ejemplo del Cura Brochero y el de la beata Madre Catalina que estuvo aquí, es cordobesa, y que ayudó a través de sus hermanas y junto con el Cura Brochero a crear caminos de encuentro entre los argentinos”. +
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