Avellaneda-Lanús
“El misterio más grande, central, la plenitud de nuestra fe es la Eucaristía; es Cristo que se quiso quedar con nosotros bajo las especies sagradas del Pan, transformado en su Cuerpo, y el Vino, transformado en su Sangre. El contexto es la Pasión, la Pascua; Cristo come con los Apóstoles, se entrega a ellos y en ellos a toda la Iglesia. Es el único sacrificio; un sacrificio que será consumado en la cruz”, afirmó monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, al presidir este domingo 18 de junio la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
“Cuantas veces recibimos la Eucaristía estamos recibiendo al mismo Jesucristo, a Dios que viene a alimentarnos para darnos fuerza, para robustecer nuestra vida. Viene a nosotros la Luz para que desaparezca de nuestros ámbitos las tinieblas: el pecado con todas sus consecuencias. La Eucaristía viene para curar todas nuestras heridas, como bálsamo para nuestros sufrimientos”, manifestó el obispo en su homilía, y pidió “que Corpus Christi nos anime para vivir en la convicción de nuestra fe y en la experiencia de nuestra entrega sin ningún tipo de división”. » Texto completo de la alocución
Catamarca
La catedral basílica y santuario de Nuestra Señora del Valle recibió el domingo 18 de junio a una multitud de fieles para celebrar la Solemnidad de Corpus Christi, en el marco del Año Diocesano de la Formación de los Discípulos Misioneros, camino a la celebración de los 400 años del hallazgo de la Imagen de la Virgen del Valle en la Gruta de Choya. La Santa Misa fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del decanato Capital, en el altar mayor del templo catedralicio.
En su homilía, el obispo expresó que “el Misterio Eucarístico, en primer lugar, es comunión vital con Jesús, en quien está nuestra salvación”, y destacó, en palabras del papa Francisco, que ‘la Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles’.
Asimismo, aseveró que “la Solemnidad de Corpus Christi, nos lleva a proclamar públicamente la presencia real de Jesús glorificado, a quien tenemos que recibir con fe. Sabemos que los sacramentos obran por su propia fuerza, pero es necesaria la fe para que den fruto”. Y agregó que “si no experimentamos que Jesús habita en nosotros y nosotros en Él, si no sentimos el influjo misterioso de la gracia que nos lleva a vivir por Jesús, a prolongar su misión que viene del Padre, es que nos falta una mayor fe en el Misterio Eucarístico. Y la fe es la llave que abre por dentro nuestro corazón para que sea habitado por Jesús; más aún, sea transformado en Él, al punto de vivir su misma vida y tener sus mismos sentimientos”.
Al finalizar la celebración eucarística, los fieles participaron de la procesión. » Texto completo de la homilía
Goya
Cientos de fieles Goyenses participaron este sábado de la celebración eucarística y procesión de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, presidida por el vicario general de la diócesis de Goya, presbítero Juan Carlos López.
En su homilía, el sacerdote relacionó la alianza de amor en el matrimonio y la alianza que el Señor hace con su Pueblo, destacando la significación de la solemnidad. El presbítero López señaló que “el pan vivo que ha bajado del cielo” es el sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros.
Gregorio de Laferrere
El obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Gabriel Barba, presidió en Cañuelas la fiesta de Corpus Christi. “Nos convoca Jesús en el misterio de su presencia Eucarística”, señaló el obispo, y destacó que “el Corpus es claramente una celebración donde la Iglesia manifiesta públicamente su fe en Jesús, presente en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad bajo las humildes especies Eucarísticas del pan y vino”.
“El Jueves Santo Jesús deja la Eucaristía vinculada al lavatorio de los pies. Celebrar la Eucaristía es ser destinados lavarnos los pies mutuamente, a ser servidores, a entregarnos aún por el traidor”, recordó monseñor Barba, y aseguró que “el misterio Eucarístico es el misterio de la entrega generosa de Cristo”, que es “alimento de vida eterna y alimento de salvación para el perdón de los pecados”.
“Debemos ponernos frente al Misterio de Dios. Misterio que solo se lo puede comprender desde el amor. Dios que nos ama sin límites”, animó el prelado, y recordó que para recibirlo “debemos estar dispuestos a amar y dejarnos amar. Por Él y por nuestros hermanos”.
“No nos pongamos en los estrados de quien juzga y mira desde arriba, desde quien se siente justo o superior. Hagamos comunidades humildes, hermanas, solidarias basadas en el amor que se concreta en hechos y no en meras palabras”, añadió, y como conclusión expresó un compromiso: “Adoramos, reconocemos a Jesús presente en medio nuestro y nos comprometemos a llevarlo y manifestarlo a nuestros hermanos, no solo en la solemne procesión de hoy, sino en cada gesto y acción de nuestras vidas cotidianas”. » Texto completo de la homilía
Lomas de Zamora
“Jesús, en esta fiesta de la Eucaristía, nos invita, nos anima, nos consuela para que Eucaristicemos la fuerza renovadora de su gracia desde el interior de nuestro corazón pues esperamos de su bondad: la transformación de nuestros apegos, la sanación de nuestras dolencias: físicas, síquicas o espirituales, y la liberación de nuestras ataduras”, aseguró monseñor Jorge Lugones SJ, obispo de Lomas de Zamora, en la celebración de Corpus Christi.
La misa se desarrolló en el marco del 60º aniversario de la creación de la diócesis. Luego se realizó la tradicional procesión con el Santísimo Sacramento hasta la catedral Nuestra Señora de la Paz.
La Eucaristía fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Jorge Torres Carbonell, y los sacerdotes presentes. El jueves 29 de junio, con una misa de acción de gracias en la catedral Nuestra Señora de la Paz, será la celebración central por el 60º aniversario de la creación canónica de la diócesis. » Texto completo de la homilía
Mar del Plata
En el marco de las celebraciones de Corpus Christi, monseñor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata presidió la Eucaristía, acompañado por una gran cantidad de sacerdotes de la ciudad. La misa se desarrolló en la iglesia catedral y posteriormente, se realizó la procesión por las calles del centro con la bendición final en las escalinatas del templo.
Durante la homilía, el obispo manifestó que “en esta marcha por nuestro desierto existencial, Jesús desea darnos un alimento restaurador de nuestras fuerzas desgastadas. Más aún, Él mismo se identifica con ese alimento. Nos propone comer su carne y beber su sangre, vale decir, alimentarnos con aquel amor que hizo de Él una ofrenda inmolada agradable al Padre y ofrecida por nosotros”.
“La comunión eucarística –no debemos olvidarlo– es anticipo de la salvación definitiva que integra nuestro cuerpo, transformándolo en un cuerpo glorioso como el de Cristo resucitado", afirmó el obispo, e indicó que “la Eucaristía nos apremia a trabajar por la amistad social y por el encuentro entre los enemigos”. Luego de la misa, se realizó la procesión con el Santísimo Sacramento, esta es la única vez en el año que se saca al Santísimo de los templos para recorrer las calles. » Texto completo de la homilía
Nueve de Julio
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió la celebración de la solemnidad del cuerpo y la sangre del Señor, llevada a cabo el sábado en la catedral Santo Domingo de Guzmán.
“¡Hoy se nos invita a redescubrir, a disfrutar sapiencialmente y a asombrarnos contemplativamente ante este misterio de amor encerrado en la Eucaristía que dominical y cotidianamente celebra la Iglesia!”, exclamó el prelado, y centró su prédica en tres palabras tomadas de los textos bíblicos: alimento, comunión y vida.
“Dios nunca nos deja morir de hambre en medio de las pruebas de esta vida. De mil modos nos hace llegar sus dones y su gracia, pero en la sagrada Eucaristía tenemos la certeza que nos ayuda y se nos da a sí mismo todo entero”, detalló. Por otra parte, recordó que la Iglesia se comprende a sí misma como un sacramento de la unidad del género humano con Dios y entre sí y “celebrar y honrar la Eucaristía nos compromete a vivir en comunión, a ser siempre instrumentos de unidad”, y llamó a ser “agentes de paz y mensajeros de la reconciliación”.
“La vida es un don inapreciable y un bien no negociable ni descartable. El Evangelio de Jesús y toda la fe cristiana es mensaje portador de vida, de vida nueva, de vida ‘con mayúscula’”, enfatizó monseñor Torrado Mosconi, y pidió “que la Eucaristía nos estimule e impulse a ser misioneros, testigos y defensores de la vida”. » Texto completo de la homilía
Posadas
En la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, recordó que “al celebrar tan festivamente el Corpus, continuamos en la senda de San Roque González y los misioneros de las reducciones guaraníes hace 400 años en nuestra tierra colorada”.
“La Eucaristía es el momento culminante del amor, de la donación Pascual de Jesucristo. Es aquello que expresa la necesidad de vivir en la caridad y sobre todo practicarla. La comunión del pan y del vino, del Cuerpo y la Sangre, implican que nosotros formamos un solo cuerpo”, manifestó el prelado, y reconoció que “desde la eucaristía Pan de vida y fundamento de comprensión del amor cristiano, entendemos más profundamente el valor de la vida humana, de la familia, la justicia, el trabajo como servicio y sobre todo la inclusión de los más pobres y marginados como claves de todo proyecto cultural y de toda forma de proyección política, económica y social”.
“El pan compartido en la Eucaristía y celebrado en este domingo del Corpus Christi, nos invita a poner en ejercicio la caridad y comprometer nuestras opciones cotidianas sabiéndonos responsables del país, provincia y futuro que debemos construir”, concluyó.
» Texto completo de la homilía
Puerto Iguazú
En la diócesis de Puerto Iguazú, la celebración principal de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue presidida por el obispo, monseñor Marcelo Raúl Martorell, quien reflexionó sobre el Pan de Vida.
“Ya no son más pan ni vino, sino que ahora son el verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, los cuales deja a los suyos como memorial de su Pasión: ‘haced esto en memoria mía’. No es una memoria que se limita a evocar un suceso, ni una proclamación de solas palabras, porque la Eucaristía hace actualmente presente -aunque en forma sacramental- el sacrificio de la cruz y el hecho de la última cena. Esta realidad nueva se ofrece a todos los hombres de todos los tiempos para que puedan unirse al Sacrificio de Cristo y alimentarse con su Cuerpo y Sangre, hasta que Él venga otra vez”, explicó, y recordó que la Eucaristía se ofrece a todos los hombres “para saciar su hambre de Dios y de vida eterna”. » Texto completo de la homilía
Rafaela
Monseñor Luis Fernández, obispo de Rafaela, presidió la celebración diocesana de Corpus Christi. En su homilía, animó a los fieles a “tener memoria”, a recordar “quién es Dios para nosotros”.
“Él camina a nuestro lado, preocupándose por nuestro crecimiento como personas, probándonos, como se prueba al fuego los materiales resistentes. Es como un padre que busca fortalecer a sus hijos”, afirmó, y destacó que “alimentarnos con su Cuerpo y Sangre nos ayuda a vivir con serenidad, sin eludir el esfuerzo y fatiga que lleva al gozo de terminar cada día, habiendo vencido las adversidades y contrariedades de la vida, sin perder el humor y la alegría”.
“La eucaristía, nos hace permanecer en la misma vida de Cristo, vida nueva del Resucitado, que posibilita que nosotros podamos vivir en plenitud, sin necesidad de tener que acudir a los salvadores de estos tiempos”, aseguró, y deseó “que Jesús eucaristía pueda permanecer siempre en el corazón de ustedes, y hacer la unidad en sus vidas, abrazándolos y animándolos a que, sin perder la identidad, puedan mirar el futuro con esperanza”. » Texto completo de la homilía
San Francisco
Al celebrar la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, describió a la Eucaristía como “llama y llamada”, porque es “fuego ardiente” que actualiza el misterio de la Pascua del Señor, y a la vez “es el Resucitado que nos alcanza en ella, nos interpela, nos invita y conmina a reunirnos en torno suyo”, pero advirtió que “sólo una fe viva, inquieta y peleadora nos hace aptos para escuchar esta llamada que la Cena del Señor contiene y corporiza”. » Texto completo de la homilía
San Isidro
Con el lema “Memoria agradecida, esperanza comprometida” y en el marco del 60º aniversario de la diócesis, San Isidro celebró el sábado la Solemnidad del cuerpo y la sangre del Señor.
Más de 3000 personas participaron de las celebraciones con gran emoción y alegría. Comunidades parroquiales de los cuatro partidos que integran la diócesis llegaron hasta las instalaciones del colegio Marín donde el obispo, monseñor Oscar Ojea, presidió la celebración.
Concelebraron, además de sacerdotes de la diócesis, el obispo auxiliar, monseñor Martín Fassi y el obispo emérito, monseñor Jorge Casaretto. También estaba presente monseñor Jorge Eduardo Scheinig, obispo auxiliar electo de la arquidiócesis de Mercedes-Luján.
En su homilía, monseñor Ojea alentó a tener: “Memoria agradecida, esperanza comprometida: estos dones nos comprometen más a la misión de la Iglesia, a la transformación misionera de la Iglesia de la que nos habla el Papa Francisco en la ‘Alegría del Evangelio’. Nos compromete a pensar como estamos llevando el Evangelio en nuestras comunidades, para que todos estén incluidos en los dones de Dios y en el tesoro de la fe”.
El obispo manifestó que “la Eucaristía es acción de gracias y nosotros venimos hoy a eso. Adorando al Señor damos gracias, como los pobres, por todo lo que hemos recibido en las comunidades”. » Texto completo de la homilía
San Justo
En el marco de una gran fiesta popular, los fieles de San Justo participaron de la Solemnidad de Corpus Christi, presidida este sábado 17 de junio por el obispo, monseñor Eduardo García.
Jesús, afirmó el obispo, “habla de otro Pan de Vida, de otra calidad de vida, de otro alimento, de otra Vida que hace del pan amasado, aunque necesario, insuficiente. Otro pan que es, al mismo tiempo, alimento y camino, que da energía y es luz, que no solo robustece, sino agiganta, que puede dar respuesta a las preguntas más profundas del hombre”, detalló.
“Una Eucaristía que solo quede reducida a un mero acto litúrgico, es una traición a la última cena de Jesús, de la cual nació, nada más y nada menos, toda una Iglesia. Pero no una Iglesia "de humo", sino una Iglesia de hermanos, de discípulos, de misioneros, de mártires”, destacó.
“Que cada Eucaristía sea nuestra ‘acción de gracias’, porque Jesús nos sienta a su mesa, no ya para darnos pan, sino para darse a sí mismo, para darnos su Vida, para que nos demos vida y para que transformemos la vida cotidiana en una mesa que muestre al hombre de hoy el verdadero rostro del Padre y su proyecto: el rostro del Amor y la vida Buena para todos sus hijos”, rogó el prelado. » Texto completo de la homilía
San Luis
En San Luis, la Solemnidad de Corpus Christi fue presidida por Monseñor Pedro Daniel Martínez Perea en dos ciudades de la diócesis. En la tarde del sábado, los fieles asistieron a la celebración en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, de Villa Mercedes y a la procesión en la plaza Pedernera. El domingo por la mañana, las celebraciones se realizaron en la catedral de San Luis, y la procesión tuvo lugar alrededor de la plaza Pringles.
Monseñor Martínez Perea centró su homilía en tres aspectos de la solemnidad de Corpus Christi: su nacimiento en el amor de Dios por los hombres; la necesidad de adorarlo y de acrecentar nuestra vida de gracia en la comunión.
El obispo invitó a reflexionar que "la solemnidad de Corpus Christi nos manifiesta el amor de Dios y, a su vez, es la manifestación de que nosotros amamos a Dios, de que Jesucristo es recibido por nosotros con el amor con que Él nos ha amado".
"La adoración y la comunión eucarística nos fortalece. Quien frecuenta a Jesucristo es transformado por Él", advirtió el obispo.
Santo Tomé
El obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, presidió el sábado la celebración diocesana de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. La misa tuvo lugar en la catedral Inmaculada Concepción. En su homilía, el obispo destacó que la Eucaristía “nos lleva, conducidos por la Palabra de Dios, al recuerdo agradecido”, y no al recuerdo nostálgico.
“La celebración Eucarística obra un milagro increíble. Nos regala la posibilidad de entrar en contacto con Jesús, de establecer una comunión con su persona”, recordó el prelado, y agregó que “nos permite un contacto vivo y un encuentro real con la mismísima persona de Jesús presente en el Santísimo Sacramento del Altar”.
“Quien entra en comunión con Jesús, su vida se verá tocada y tomada”, aseguró monseñor Montini, y recordó que “alimentados por el Pan Eucarístico, todos, somos convocados e interpelados a saciar el hambre de la humanidad”. » Texto completo de la homilía. +
Publicar un comentario