El Card. Ezzati pidió disipar de Chile “los nubarrones de una cultura relativista, egoísta y excluyente”
“Necesita derrotar la fascinación por la violencia y el atropello que hunden sus raíces en el vacío de significado de sí y del derecho de los otros, paraliza la búsqueda del bien común que la sociedad organizada está llamada a cultivar”.
El cardenal Ezzati llamó a que todos sean “centinelas de la aurora” que significa ser un “hijo de la luz que aprende a vivir en la noche sin ser de la noche”; un “vigilante, que lucha contra el letargo y la negligencia que puede dañar irreparablemente la vida de los demás y la propia”.
Respecto a la reciente promulgación de la ley del aborto, el Cardenal expresó que un centinela anuncia la “sacralidad de la vida, de toda vida humana, desde su concepción, en todo el arco de su desarrollo y hasta la muerte natural”.
“Nuestro compromiso seguirá siendo anunciar el ‘Evangelio de la vida’ y prestar nuestra solidaridad y colaboración para que ésta sea siempre respetada y promovida”, manifestó el arzobispo de Santiago.
“Nuestra opción por la vida se traduce en redoblar nuestro esfuerzo para seguir acompañando a las mujeres que viven situaciones límite en su embarazo, a las que deciden continuar con él y a las que piensan que el aborto es una solución”, recordó el mensaje del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile.
En referencia a las próximas elecciones presidenciales del 19 de noviembre, el purpurado chileno dijo que es “una excelente oportunidad para valorar el papel de la política, para superar la tentación del descrédito, de la desconfianza y de las polarizaciones estériles y para reafirmar el propósito de hacer real el proyecto de una estatura cívica alta, puesta al servicio de todos, de manera especial, al servicio de los más postergados”.
Asimismo señaló que “es urgente superar la tentación de un laicismo agresivo que pretende marginar la fe del pueblo de la esfera pública y que, arrogantemente busca negarle la justa visibilidad propia de una respetuosa libertad cultural”.
En su mensaje también se refirió a los rostros de inmigrantes y refugiados que buscan “amasar el mismo pan de la dignidad, la acogida y la integración” y recordó los cuatro verbos del Papa Francisco: acoger, proteger, promover e integrar que invitan a “la cultura del encuentro, la acogida, la solidaridad y la comunión” para con ellos.
También, reflexionó acerca de las deudas sostenidas con la niñez vulnerada, los jóvenes, los adultos mayores, las familias, los enfermos y los encarcelados.
El Te Deum ecuménico inició con el canto a lo divino (expresión literaria de la cultura popular chilena cantada en décimas) a cargo de Francisco Astorga, cuya letra se refirió a las problemáticas del país y el lema de la próxima visita del papa Francisco a Chile “Mi paz les dejo, Mi paz les doy”.
En el momento de las ofrendas se acercaron mujeres, familias, jóvenes, representantes de los pueblos originarios e inmigrantes a dejar ramos de rosas rojas y árboles pequeños a los pies de la Cruz que presidió la constitución de la Primera Junta Nacional de Gobierno, el 18 de septiembre de 1810.
Asimismo, se acercaron al altar bomberos y brigadas forestales que recordaron la valentía de quienes combatieron los feroces incendios durante el verano, así como militares que trabajan en misiones de paz.
El Te Deum ecuménico concluyó con el himno nacional y la bendición del arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati.+
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