Estuvo el triunvirato de la CGT, que integran Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y otros dirigentes gremiales que integran la central obrera.
Durante el encuentro los representantes de los trabajadores plantearon la situación social del país y su preocupación frente a los posibles proyectos de reforma de las leyes laborales luego de las elecciones de octubre próximo.
En este sentido se instó a continuar el diálogo entre los diversos sectores involucrados en la problemática.
Los obispos reiteraron la disponibilidad a acompañar ese camino como espacio de encuentro, pero recordaron que la convocatoria debe ser realizada por las instancias constituidas del Estado nacional.
Asimismo, se insistió en la necesidad de consolidar la unidad del movimiento obrero fortaleciendo el diálogo interno en función de la búsqueda del bien común y la defensa de los intereses de los trabajadores. También se hizo referencia a la apertura que el sindicalismo argentino ha tenido hacia el trabajo conjunto con los movimientos sociales.
La Iglesia destacó el papel de la tarea dirigencial como necesaria para la organización de la sociedad, apelando a la dimensión ejemplar que ésta debe tener.
Finalmente se recordó que es esencial a la Iglesia el acompañamiento y atención de los pobres, por lo que siempre será una voz que acompañe y obre en favor de los más necesitados, lo cual es una exigencia del Evangelio que el papa Francisco ha querido resaltar mediante la convocatoria a la Jornada Mundial de los Pobres.
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