El miércoles 20 de septiembre, entre las tres y las cuatro de la tarde, la iglesia estaba abierta. Estando de servicio en el local de venta de artículos religiosos cerca de la iglesia, me alejé un momento para acompañar a unos peregrinos. Probablemente fue entonces cuando llegó la turba, contó uno de los salesianos de la comunidad de Beit Jemal a la agencia salesianas (ANS).
Los daños son enormes, la estatua de la Virgen fue reducida a escombros, demolida la Cruz, un confesionario fue volteado y se arrojaron los ornamentos sagrados, los candelabros y los atriles. El mayor daño ha sido a los vitrales de las ventanas que representan la vida de Jesús, en los que los asaltantes destruyeron los rostros de los personajes, expresó el salesiano.
Tras visitar el templo profanado, monseñor Giacinto Boulos Marcuzzo, flamante vicario patriarcal para Israel y Palestina y obispo auxiliar de Jerusalén, lamentó profundamente no solo por el daño económico, sino sobre todo por el mensaje fanático que contiene este ataque, y afirmó que este no es solo un acto de vandalismo sino una acción contra la sacralidad de los lugares santos y de la fe de la gente.
En Tierra Santa hay una fe profunda y una cultura. Debemos convivir con la diversidad de creencias. Es absolutamente necesario que aceptemos a los otros, que aceptemos a cada uno en nuestra diversidad, manifestó.
Además de condenar este atentado, el Patriarcado Latino de Jerusalén afirmó que es necesario inculcar una educación de respeto a las diferencias religiosas y culturales de las personas.
Por su parte, la Asamblea de los Ordinarios Católicos de Tierra Santa lamentaron y condenaron tales actos criminales que se han repetido muchas veces durante el año, mientras que al mismo tiempo no se observa ni la seguridad ni el seguimiento frente a esta situación que ya se convierte en un fenómeno peligroso.
La Policía israelí anunció que había abierto una investigación sobre los incidentes. Estos son signos alentadores para la comunidad cristiana y para las personas que viven cerca del complejo. Hemos recibido visitas de nuestros vecinos judíos afirmó el sacerdote salesiano que vinieron a expresar su solidaridad, su apoyo y a expresar su voluntad de contribuir económicamente para lograr la reconstrucción.
El complejo de Beit Jemal incluye un monasterio y un cementerio, que también fue profanado en enero de 2016. El complejo se encuentra a unos 27 kilómetros al oeste de Jerusalén y cerca de la ciudad de Bet Shemesh. No lejos del complejo, también está el lugar donde fue enterrado el primer mártir cristiano.+
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