Participaron además los sacerdotes de la diócesis, formadores y seminaristas del Seminario Mayor Jesús Buen Pastor, de Río Cuarto y de diócesis vecinas.
En su homilía, monseñor Buenanueva deseó: “Que toda tu vida sacerdotal sea una bendición, un himno eucarístico de alabanza al Señor que te ha llamado por tu nombre, te sella con su Espíritu y te envía a su pueblo como testigo de su misericordia”.
“Nunca olvides los beneficios con que el Señor compasivo, fiel y misericordioso te ha tratado”, aconsejó el obispo, y le propuso que “escuchando esta palabra vigorosa del Señor que nos invita a perdonar setenta veces siete, vos mismo comprendas tu sacerdocio como ministerio de perdón y sanación, de reconciliación y de paz”, con el ejemplo de Santo Cura de Ars y de Santo Cura Brochero, “vidas sacerdotales que transparentan la santidad de Jesús, el buen samaritano que se inclina ante las heridas de la vulnerabilidad humana para verter en ellas el bálsamo curativo del Evangelio”.
El prelado destacó que “el presbítero edifica la Iglesia predicando, celebrando y perdonando”, y le recordó al nuevo sacerdote que “nuestra Iglesia diocesana – cada una de las comunidades que la conforman – esperan de vos ese ministerio de reconciliación. Lo espera con ilusión también nuestro presbiterio, al que te incorporas por la imposición de manos y el don del Espíritu Santo”.
“Que tus manos trabajen por la unidad y la comunión en la Iglesia, en el presbiterio y en la sociedad”, animó monseñor Buenanueva.
Oriundo de la localidad cordobesa de Bell Ville, el nuevo sacerdote vivió gran parte de su infancia y adolescencia en Porteña, donde descubrió su vocación y se trasladó a la ciudad de Río Cuarto para completar su formación sacerdotal. Desempeñará su labor pastoral en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en la localidad de La Para.+
» Texto completo de la homilía
Publicar un comentario