La reunión, que se realizó el sábado 30 de septiembre, comenzó a las 10 con la celebración de una misa presidida por el sobrino tataranieto de la Madre Catalina, presbítero Santos Moyano. Durante la homilía habló sobre la vida de los santos como quienes han dejado que el fuego ardiente del amor de Dios transforme su vida, como lo hizo Catalina, quien estuvo interviniendo en los problemas más urgentes de su tiempo, dijo el sacerdote.
Quisiera especialmente pedirle a Madre Catalina que nos animemos a poner nuestro corazón cerca del corazón de Jesús para que se convierta en un don para los demás, invitó.
Tras la celebración eucarística, los familiares que residen en las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Tucumán- recorrieron los pasillos que transitó la Madre Catalina y compartieron testimonios y recuerdos.
Ustedes son reliquias vivas, les dijo la hermana Silvia Somaré ecj, quien los comprometió a que, como la Madre Catalina, sean constructores de puentes integrando a los más excluidos y difundan la vida de esta gran mujer que dejó una huella imborrable de amor y reparación.
Sofía Moyano, una de las descendientes, contó que le encantó enterarse de que beatificarán a alguien de su familia. Me comprometo a ponerme a tono con toda su historia y sé que ha sido compañera del padre Brochero a quien yo adoro. Estoy muy contenta de estar acá en la casa fundadora y con esta organización tan linda, señaló.
Gabriela, de 35 años, manifestó: Me encontré con el desafío de enriquecer mi fe con el ejemplo de Catalina: Hoy vine, la conocí y me generó muchísimo interés. Ella en su época fue una pionera, quiero conocer a fondo su vida de esposa, madre y luego religiosa, aseguró.
Finalmente, el reencuentro incluyó abrazos entre los sobrinos de Catalina y sus hijas, las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, junto con el quipo docente, directivo, alumnos y papás del Colegio de María, que contactaron, convocaron y prepararon la casa para el encuentro.+
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