“No es bueno que los niños entren como jugando en los caminos del ocultismo y del terror, porque hoy que hay tanta información y tanta posibilidad de conectividad, los niños pueden entrar a páginas inconvenientes y comenzar un camino de imprevisibles consecuencias”, advirtió en un comunicado.
La curia jujeña consideró que “sería mucho mejor ofrecerle a los niños la posibilidad de conocer e imitar la vida de los santos”, e invitó a que el 1º de noviembre, celebración de todos los santos, se favorezca “el conocimiento de la vida y el ejemplo de los santos y que los niños, si quieren, se disfracen de santos y ofrezcan estampitas en vez de otras cosas”.
“Lo que señalamos no quiere ofender a nadie, sino simplemente, ofrecer algunas indicaciones para encaminar nuestras celebraciones por el recto sendero del bien, en especial cuando se trata de los niños”, precisó.
El obispado de Jujuy animó a las comunidades y a todo hombre de buena voluntad a “transformar estas celebraciones con la levadura del Evangelio que nos exhorta a la santidad de vida”.
Texto del comunicado
Desde hace ya un tiempo que en muchos lugares se celebra el 31 de octubre, vísperas de la fiesta de Todos los Santos, una fiesta que no es cristiana ni argentina.
La celebración de Halloween es una de esas cosas “importadas” que no coinciden con nuestra cultura ni con la fe de nuestro pueblo que mayoritariamente profesa la fe cristiana.
De origen druida, de tiempos antes de Cristo y del hemisferio norte de Europa (Irlanda) procede este festejo, que pone en danza brujas y figuras de terror, mezclándolo todo con la “inocencia” de los niños que se disfrazan y piden golosinas.
Creemos que debemos tener en cuenta lo siguiente:
1.- No coincide con nuestros valores cristianos. Los cristianos creemos en Dios y en su infinita misericordia, mucho más fuerte que el mal en el mundo. El que está con Dios no teme.
2.- No es bueno que los niños entren como jugando en los caminos del ocultismo y del terror, porque hoy que hay tanta información y tanta posibilidad de conectividad, los niños pueden entrar a páginas inconvenientes y comenzar un camino de imprevisibles consecuencias.
3.- Sería mucho mejor ofrecerle a los niños la posibilidad de conocer e imitar la vida de los santos. Ya que el 1 de noviembre celebramos “a todos los santos”, favorezcamos el conocimiento de la vida y el ejemplo de los santos y que los niños, si quieren, se disfracen de santos y ofrezcan estampitas en vez de otras cosas.
Lo que señalamos no quiere ofender a nadie, sino simplemente, ofrecer algunas indicaciones para encaminar nuestras celebraciones por el recto sendero del bien, en especial cuando se trata de los niños.
Animamos a nuestras comunidades y a todo hombre de buena voluntad a transformar estas celebraciones con la levadura del Evangelio que nos exhorta a la santidad de vida.+
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