A 50 años de la legalización del aborto los obispos británicos lamentan sus trágicas consecuencias
Los prelados británicos reclamaron en su comunicado el respeto a la objeción de conciencia frente al aborto. “La conciencia personal es inviolable y nadie debe ser forzado a actuar en contra de su conciencia debidamente informada sobre estos asuntos”, subraya el texto episcopal.
Lamentando los 200.000 abortos que tuvieron lugar solo en 2015, los obispos de Inglaterra, Gales y Escocia afirman que están buscando “un cambio de opinión y de corazón sobre el bien del niño en el útero y el cuidado de las madres embarazadas”.
“Hay una gran inquietud –señalan- entre muchas personas que reconocen que la decisión de una mujer de tener un aborto conlleva a trágicas consecuencias”.
El mensaje, -firmado por el cardenal Vincent Nichols, presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales, y el arzobispo Philip Tartaglia, presidente de la Conferencia Episcopal de Escocia- si bien está dirigido principalmente a los católicos, también le está hablando a todos los que buscan defender la dignidad de la vida humana y proteger al niño por nacer.
Pocos realmente consideran que el aborto es deseable o la mejor solución para un embarazo que puede ser un dramático “desafío” por una serie de razones, afirman los obispos, y señalan una “inquietud generalizada” entre muchas personas que reconocen que el aborto conlleva “consecuencias trágicas”.
Decidir abortar, reconocen los prelados británicos, es siempre una “decisión grave”, e indican que suelen estar influenciados por factores tales como las amenazas a la salud mental o física, no saber cómo hacer frente al embarazo, estar solo o bajo presión o carecer de apoyo, el diagnóstico de discapacidad en el útero y otras razones más.
Asimismo agregan: “El tema del aborto no solo tiene consecuencias para las madres, sino que también afecta a los padres, tanto en términos de asumir la responsabilidad de proteger y cuidar a los niños que han concebido como de hacer frente al impacto del aborto”.
Por otra parte los obispos manifiestan su preocupación e incoherencia de que mientras por un lado la ley en Gran Bretaña permite el aborto para niños con diagnóstico de discapacidad por otro lado muestra respeto y protección para las personas con discapacidad después de nacer.
“El testimonio de los que compiten en los Juegos Paralímpicos brilla como una forma en que las personas con discapacidad se destacan y compiten, usando sus dones al máximo. Esperamos –piden los prelados- que esto nos lleve a una mayor reflexión y consistencia en el enfoque hacia los niños no nacidos con discapacidades y nos conduzca a un cambio en la comprensión y a una mayor protección proporcionada a través de una nueva legislación”, afirman.
Asimismo el texto episcopal denuncia que se está produciendo “una erosión del respeto a la objeción de conciencia de profesionales frente al aborto” y expresan su preocupación sobre la posibilidad de que los farmacéuticos pierdan su derecho a no dispensar abortivos si está en contra de su conciencia o religión.
“Este 50 aniversario –concluye el comunicado- necesita provocar un nuevo debate para cambiar las actitudes hacia la vida humana en el útero materno, promoviendo la toma de buenas y auténticas decisiones, a fin de proteger y cuidar a las madres y a sus hijos”.
Por último los obispos convocan “a la oración y al ayuno, en todos nuestros países, pidiendo a Dios la protección de la vida humana, especialmente para la vida dentro del útero, para todas las mujeres embarazadas y para sus padres y familias”.
La Ley de Aborto del Reino Unido de 1967 hizo legal el aborto en Inglaterra, Gales y Escocia hasta la semana 28 del embarazo, aunque esto se limitó a 24 semanas en 1990. Se permiten excepciones después de este tiempo en casos que afecten la vida de la madre, grave riesgo de lesión física o mental para la madre o anomalía extrema del feto.
Esto es significativo, porque las restricciones de la ley de aborto en el Reino Unido sobre cuándo puede tener lugar un aborto se basan en la posible viabilidad del niño fuera del útero. En 2008, se intentó disminuir el límite de cuándo se permitiría un aborto a 22 o 20 semanas debido a mejoras en la medicina prenatal, pero fracasó en el Parlamento, a pesar de que las encuestas mostraron que la mayoría de la población apoyaba el cambio.
El aborto sigue siendo ilegal en Irlanda del Norte.
Desde que se aprobó la Ley, se han realizado más de 8,7 millones de abortos en el Reino Unido, y casi 200.000 abortos se llevan a cabo allí cada año.+
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