¿Qué busca la juventud porteña? Proclama del I Congreso de Jóvenes de Buenos Aires
Buenos Aires (AICA): Convocados por la Pastoral de Juventud de la arquidiócesis de Buenos Aires, animadores de jóvenes porteños participaron los días 28 y 29 de octubre del primer Congreso de los Jóvenes de Buenos Aires “Juntarnos 2017”. Con una proclama final, los congresistas manifestaron la realidad de la juventud porteña y el camino que buscan transitar.
La apertura del encuentro, que se realizó en el colegio Pío IX, del barrio porteño de Almagro, estuvo a cargo arzobispo de Buenos Aires, del cardenal Mario Aurelio Poli. El cardenal recibió a los jóvenes y los instó a buscar a Jesús en la ciudad. “El Cristo que queremos encontrar en el camino anda escondido por nuestro barrio”, señaló. Además, haciéndose eco de la invitación del papa Francisco a la Jornada por los Pobres, invitó a comprometerse con nuestros hermanos más necesitados, y finalizó animando a los presentes “a ser manos benditas en el camino que hoy quieren emprender”.
A continuación, los jóvenes se reunieron en grupos de trabajo para conocerse y debatir las distintas identidades que existen en la Iglesia porteña. Cada comunidad, con un moderador a cargo, reflexionó y compartió sus fortalezas y debilidades, sus esperanzas y sus miedos.
Por la tarde, la consigna de cada grupo fue “construir siluetas que reflejaran las distintas realidades que atraviesan nuestro jóvenes”. Figuras en tamaño real, repletas de imágenes y diálogos presentes en el corazón del joven fueron colocadas en el patio del colegio y se invitó a todos a descalzarse y a reflexionar con recogimiento sobre lo expuesto.
Luego, en el gimnasio del colegio San Francisco de Sales, se celebró una misa presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires y Vicario de Juventud, monseñor Alejandro Daniel Giorgi, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares, y el presbítero Gerardo Söding, de la diócesis de San Isidro.
En la homilía, el presbítero Söding invitó a los congresistas a reflexionar sobre “el hambre de los jóvenes”. “¿Cuánto hace falta para saciar el hambre de los jóvenes de Buenos Aires?”, preguntó y, recordando el milagro de la multiplicación de los panes, enfatizó: “Jesús toma lo que hay, lo agradece, lo bendice y lo reparte. Nada puede perderse”. Al concluir la celebración eucarística, se cantó el himno del Congreso Juntarnos: “Multiplicar, aquí hay un joven”. Más tarde, los jóvenes compartieron una cena que incluyó bandas musicales en vivo, música para bailar e instructores de zumba.
El segundo día del encuentro, se realizó una dinámica en la que los jóvenes debían realizar gestos con el prójimo que tenían en frente “para recordar que alrededor nuestro no solo hay personas, también hay hermanos, con historias, sueños y miedos igual que nosotros”.
Después, el presbítero Söding brindó una charla sobre Jesucristo y el Reino de Dios, en la que invitó a reflexionar sobre la importancia de ver al Reino de Dios como algo que está dentro y entre nosotros. “El mismo Jesús no define al Reino como una cosa o un lugar, sino que nos habla a través de imágenes, de parábolas, nos cuenta cómo es ese Reino, a qué se parece”, indicó.
En su exposición, el sacerdote animó profundizar con la parábola del sembrador. “¿Cuáles son esos pájaros que se roban mi semilla? Como jóvenes, ¿cuáles son esas espinas que nos clavan, esas piedras que no nos dejan crecer? ¿Cuándo nos sentimos verdadera tierra fértil, lista para dar fruto?”, fueron las preguntas que los jóvenes respondieron en formato de tuits y que fueron publicados en las redes sociales de la Vicaría de Jóvenes.
Por la tarde, el coordinador nacional de la Pastoral de Juventud, Mariano García, habló del II Encuentro Nacional de Juventud que se realizará en mayo de 2018, en la ciudad de Rosario, y animó a los jóvenes a participar.
Finalmente, los grupos de trabajo se reunieron nuevamente para resumir lo vivido en el encuentro en cuatro proclamas relacionadas con la parábola del sembrador: aquella tierra que queremos abonar, esas piedras que queremos sacar, qué pájaros queremos espantar y espinas arrancar. Partiendo de este trabajo se elaboró, luego, la proclama final del Congreso de Jóvenes 2017.
Texto de la proclama:
Los jóvenes de Buenos Aires reunidos en el Congreso Juntarnos 2017 representando las voces de nuestras comunidades, queremos seguir caminando juntos en la búsqueda de una Iglesia abierta adaptada a la realidad juvenil teniendo en cuenta la dimensión misionera y espiritual. Una Iglesia con mente abierta que salga al encuentro de otras Instituciones para visibilizar y seguir construyendo redes, para trabajar juntos sobre las realidades de nuestros jóvenes.
Necesitamos espacios de formación integral (que atraviesen todas las dimensiones de la vida de un joven) para todos los agentes pastorales, sobre las realidades juveniles.
Queremos romper con las estructuras rígidas que no promueven la reflexión y fomentan la exclusión porque no tienen en cuenta los intereses de los jóvenes y mantienen un lenguaje anticuado y alejado de sus realidades. Deseamos que no exista el miedo a hablar concreta y específicamente de Dios.
Rechazamos la invitación al descontrol y al consumismo extremo. No valemos por lo que hacemos sino por lo que somos.
Los jóvenes queremos evitar que la búsqueda de lo inmediato nos haga caer en respuestas poco profundas, porque eso nos lleva al conformismo y a la comodidad que nos estanca.
Soñamos con una Iglesia en la que todos somos escuchados. Necesitamos estructuras que se adapten a nuestras realidades, con opiniones que no estén cargadas de preconceptos, ni prejuicios que nos estereotipen. Deseamos ser mirados con amor y sentirnos cuidados. Queremos ser acompañados y sostenidos en nuestras búsquedas, aún cuando nos equivocamos en el proceso.
No queremos tener miedo a cambiar: confíen en nosotros para seguir haciendo crecer el Reino dentro y entre nosotros.
Descubrimos miedos en nosotros e inseguridades que llevan a estancarnos. Muchos de nosotros nos vemos expuestos a situaciones de violencia, ‘bullying’, estigmatización y discriminación.
Creemos que determinadas estructuras rígidas, no nos permiten ser dinámicos.
A veces nos sentimos ahogados por la sobrecarga de compromisos y responsabilidades que se nos exigen en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos cotidianamente, incluso se llegan a perder de vista nuestros procesos personales.
Sigue resonando en nuestros corazones una pregunta: ¿Qué buscamos? Animémonos a ser protagonistas en este camino.+
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