CoMiNa: La Iglesia argentina celebró la alegría del Evangelio

La diócesis de Neuquén recibió este fin de semana a más de 600 misioneros que participaron del del V Congreso Misionero Nacional (CoMiNa), que se desarrolló con el lema “Argentina en misión, el Evangelio es alegría”.

El Congreso tuvo diferentes momentos: hubo animación, ponencias, trabajos en grupo, y cada región del país participó con una exposición. También hubo puestos que expusieron trabajos y libros de distintos lugares.

Participaron del congreso 12 obispos, 68 sacerdotes, 55 religiosos, 7 diáconos, 441 laicos, 400 personas de las diferentes pastorales de la diócesis de Neuquén y 50 invitados entre expositores, testimonios y equipos nacionales de Obras Misionales Pontificias.

Los principales objetivos propuestos para este encuentro marcaron tres ejes: acrecentar la dimensión misionera de toda la Iglesia en la Argentina; convocar, fortalecer y animar a los equipos diocesanos de pastoral misionera y llevar las conclusiones al Congreso Misionero Americano que se realizará en Bolivia en el mes de julio de 2018.

Actividades, ponencias y trabajos
Luego de la bienvenida a los congresistas y de la apertura a cargo del actual obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, la primera ponencia estuvo a cargo del obispo Auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, quien hizo un recorrido de la realidad misionera de la Iglesia en la Argentina, y destacó que Francisco “nos quiere inspirar con imágenes visibles, no con programas. Por eso nos presenta su modelo de Iglesia soñado, sostenido desde y en la misión y misericordia”.

"Desde esta premisa, estamos llamados a ser una Iglesia cada vez más misionera y misericordiosa, lo que implica entonces, una renovación pastoral de todas nuestras actividades evangelizadoras".

Monseñor Eguía Seguí señaló que lo principal para la Iglesia entonces, es salir, “recorrer distancias”, expandir el Evangelio, que habla de un amor de Dios que define nuestra fe. Se invitó a reflexionar sobre la misión como el compartir el amor misericordioso de Dios con los hermanos. “El Papa Francisco -señaló el prelado- nos pide que asumamos un estilo de Iglesia misericordioso, que se haga actitud, hábito, vida”.

El domingo 19, en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, los congresistas celebraron misa con las comunidades parroquiales donde fueron hospedados, y realizaron un gesto concreto, tal como lo pidió Francisco para ese día.

Luego del almuerzo, se llevó a cabo la segunda ponencia, a cargo de monseñor Virginio Bressanelli SCJd, que habló sobre La Alegría del Evangelio, corazón de la Misión profética.

Monseñor Bressanelli dijo que la vocación propia de la iglesia “es evangelizar, esa la misión esencial de la iglesia, es su dicha, su identidad más profunda, su ADN”.

“La iglesia anuncia el amor de Dios, la salvación en Cristo, la plenitud del ser humano, dando la vida en abundancia que nos ofrece cristo muerto y resucitado, dijo, y agregó que “evangelizar es tarea de todos los fieles, en la diversidad de servicios, según la vocación, y en la unidad de la misión de Cristo; enviados por la Iglesia, sintiendo con la iglesia”.

Monseñor Bressanelli expresó que evangelizar “es fuente de alegría dulce y confortante porque es testimonio de una vida nueva y de vida en abundancia” y dijo que “la Iglesia misionera es una Iglesia en salida, es la comunidad de los discípulos misioneros que primerea, como dice Francisco; son personas que se involucran, que acompañan, que dan frutos y que festejan el anuncio y acogida del Reino de Dios en el mundo”.

“Por eso, los discípulos misioneros comparten la sed de Cristo en la Cruz, que es la sed de querer realizar la voluntad de Dios, y la plenitud del Reino para todos”, dijo el obispo emérito de Neuquén, finalizando con las palabras de Francisco: “los discípulos misioneros, forman parte viva de la comunidad evangelizadora, viven un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del padre y su fuerza difusiva”

La tercera ponencia estuvo a cargo de la hermana Cilenia Rojas Arispe, de Bolivia, que habló sobre Principios y prioridades de la acción misionera hoy - Misión Profética.

“Ante los nuevos escenarios que el mundo presenta para la misión de la Iglesia en América, es un desafío permanente saber leer y discernir los signos de los tiempos de forma tal que la proclamación de la alegría del Evangelio sea fuente de comunión y profecía. Dejarnos provocar por los nuevos sujetos emergentes –nuevas generaciones, indígenas, afroamericanos, mujeres, migrantes, refugiados, nuevos empobrecidos, población LGTB, familias y otros– nos permitirá renovar nuestra fidelidad al mensaje de amor y misericordia que junto a Jesucristo millones de personas han comunicado y testimonian con su vida”, dijo la hermana Cilenia.

“Hoy pretendemos renovar el compromiso y las energías misioneras reflexionando sobre los principios que no se pueden obviar y las prioridades que se deben dar, pero es necesario aclarar que cada Iglesia local debe actualizar y responder desde su realidad".

“Para que la misión de la Iglesia en el mundo sea efectiva debe trabajarse muy en serio respecto del encuentro personal con Cristo de cada bautizado. La Iglesia no es creíble cuando se mueve sólo por estadísticas sociológicas de número de personas que reciben los sacramentos de iniciación sino que tiene un tesoro que se comunica a cada creyente e implica ineludiblemente el encuentro con la Nueva Vida en Cristo".

La Hermana Rojas Arispe, propuso algunas líneas de acción para avivar la misión: "destacar la centralidad y la alegría del mensaje pascual; ir a las periferias del dolor y comunicar alegría; depurar y orientar la religiosidad popular, fomentar el sacramento del perdón y de la misericordia de Dios; promover el encuentro con la biblia en el ámbito cultural (crear escuelas interparroquiales de enseñanza bíblica); no abandonar a nuestros hermanos indígenas – (muchas veces ausentes en nuestros servicios pastorales); atención a nuestros jóvenes, a las familias; valorar el servicio y la entrega de la vida consagrada – los sacerdotes diocesanos; que la caridad sea dinámica de la presencia misionera; crear un nuevo ministerio laical femenino (para la proclamación y predicación del evangelio; el ministerio de la consolación; la corresponsabilidad con el párroco; celebrar el sacramento del bautismo y del matrimonio al igual que los diáconos actuales".

Expresó también que dentro de esas líneas de acción debemos contemplar: que los laicos sean protagonistas, no ayudantes de camino, sino comunidad misionera; promover la planificación parroquial misionera como iglesia en salida (fortalecer los equipos diocesanos misioneros); despertar y fomentar la conciencia de misión en toda América; elaborar proyectos misioneros desde las conferencias episcopales; hacerse presente en los diversos ambientes con los medios adecuados.

“Ser una Iglesia misionera que invite a la esperanza, a crear siempre nuevas posibilidades de vida, a no ser profetas nada misericordiosos. La fe y la esperanza del profeta están sostenidas por la experiencia del Amor, por ello el Evangelio siempre será Buena Noticia, será Alegría”, dijo la Hermana Cilenia y , a modo de conclusión, expresó “los cristianos estamos llamados a vivir el profetismo y el testimonio de la fe desde una Iglesia que se concibe como Pueblo de Dios con diferentes carismas y ministerios; el profetismo y el testimonio cristiano, desde una Iglesia misionera, que se orienta hacia el Reino, superando la visión de una Iglesia centrada en sí misma y auto-referencial”.+

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