El Card. Ángelo Amato destacó la relevancia eclesial y social de la Madre Catalina

El Card. Ángelo Amato destacó la relevancia eclesial y social de la Madre Catalina

Córdoba (AICA): Ante las más de veinte mil personas que participaban de la beatificación de la Madre Catalina de María Rodríguez esta mañana, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado papañ, cardenal Ángelo Amato, destacó que “como Brochero, la beata Catalina fue una piedra viva de la Iglesia y la sociedad”, y resaltó su caridad para con los pobres. La nueva beata argentina fue laica, esposa, madre y fundadora de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús.
“Como Brochero, la beata Catalina fue una piedra viva de la Iglesia y la sociedad”, aseguró el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Ángelo Amato, en la homilía de la misa de beatificación de la Madre Catalina de María Rodríguez, que se celebró esta mañana en la ciudad de Córdoba.

Ante más de veinte mil personas llegadas desde distintas provincias de la Argentina y de los otros tres países donde las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús desarrollan su apostolado (Chile, España y Benín), el representante del Papa señaló: “Los santos no son cuerpos extraños a la sociedad. Formados por Jesús, son piedras vivas de la Iglesia y la sociedad, ellos beatifican la humanidad, difunden el bien y buscan detener el mal”. “Esto hicieron en sus vidas el Cura Brochero y la Madre Catalina, inspirados por el Evangelio y sostenidos por la gracia divina y hoy, justamente, glorificados por la Iglesia”, afirmó.

El cardenal destacó esta beatificación como “acontecimiento histórico para la arquidiócesis de Córdoba”, por ser la primera que se celebra en la ciudad capital.

“La Madre Catalina es una figura de relevancia eclesial y social”, afirmó Amato. Y añadió: “Como señaló monseñor Carlos Ñáñez, la patria y la Iglesia se construyen con mujeres como la beata Catalina y con hombres como José Gabriel Brochero”.

El enviado papal, que ya ha visitado Córdoba y varias provincias argentinas para presidir otras beatificaciones, afirmó que Catalina, fue una mujer “fuerte y emprendedora en su servicio al Señor y sus hermanos”. También destacó su “creatividad” evangélica y su múltiple modo de responder a la llamada de Dios.

“El papa Francisco –continuó su representante– dijo que en la Iglesia cada vocación, matrimonio, vida consagrada, se inicia en un encuentro con Jesús que nos dona una esperanza nueva. Es Jesús el que se hace presente en nuestro camino y nos pregunta: ‘¿Qué buscas?’. Y corresponde a nuestro discernimiento darle la respuesta correcta para experimentar alegría y esperanza nuevas”.

“La beata Catalina, al encontrarse con el Señor Jesús, le dio una doble respuesta: convertirse en una esposa ejemplar y, luego al enviudar, coronar su sueño juvenil de fundar la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús”, añadió el cardenal Amato.

Destacó “la dulzura”, como un “rasgo singular” de la beata y explicó que “a lo largo de su vida como casada y como religiosa”, ella siempre se expresó con dulzura. También resaltó su “profundo espíritu de fe, en la oración, en la participación de la misa, en la devoción a la Virgen y en la obediencia al Papa”.

La beata Madre Catalina “vivía en la presencia de Dios como un pez en el agua” y tenía una devoción particular “hecha de sacrificio”, que Catalina le dedicaba al Sagrado Corazón de Jesús, “el Señor de su Vida”, expresó el purpurado.

“Como no puede haber perfección sin la caridad, que es la reina de las virtudes”, el cardenal enumeró gestos de caridad y de perdón de la nueva beata y relató casos concretos, testimonios permanentes en los que “se manifestaba en el amor al prójimo y en la práctica de las obras espirituales y corporales”. “Los humildes y los pobres eran sus preferidos. Sus actitudes de caridad se manifestaban con todos”, agregó.

Según Amato, la caridad de Catalina “se evidenciaba en el perdón de las ofensas, devolvía bien por mal”, y resumió el caso de la familia de una alumna enferma en un colegio de Santiago del Estero que respondió con ingratitud un gesto de la Madre fundadora, quien, no obstante, dispuso que se siguiera atendiendo a la pequeña.

El cardenal destacó también que Catalina “mantuvo siempre una actitud modesta y humilde. Una monja soberbia era, para ella, una monstruosidad”, dijo Amato.

Al final de su homilía, el representante papal invitó a todos a rezar con él: “Beata Madre Catalina, ruega por nosotros”.

La Argentina: tierra de santos
Con esta beatificación, la Iglesia argentina cuenta con dos santos: Cura Brochero y Héctor Valdivielso Sáez); diez beatos: las religiosas María del Tránsito Cabanillas, Ludovica de Angelis, Crescencia Pérez, Nazaria March y Catalina de María Rodríguez, María Paz de Figueroa, el padre Martos Muñoz, Ceferino Namuncurá, Laura Vicuña y Artémides Zatti; y cinco venerables. Otras 42 personas de vida ejemplar ya son reconocidos como “siervos de Dios y hay 14 causas más en preparación”, detalló el cardenal.+

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