Mediante una carta dirigida a la superiora general de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, Madre María Silvia Fiorentino ECJ, el Pontífice agradeció particularmente a las hermanas de la congregación, fundada por la Madre Catalina, y recordó de manera especial a las mujeres entregadas “que lo dejaron todo en el seguimiento de Jesús”.
El Santo Padre hizo mención especial de Martha Miguel, de quien asegura haber aprendido “lo que significa paciencia, mansedumbre y magnanimidad”, y se despidió reiterando su tradicional pedido: “No se olviden de rezar por mí”.
Texto completo de la carta:
Revda. Madre Maria Silvia Fiorentino Córdoba
Querida hermana:
En este día de la beatificación de la Madre Catalina quiero hacerle llegar mis sentimientos de alegría y la seguridad de mi cercanía y oración.
En su persona agradezco a todas las Hermanas el bien que han hecho y que siguen haciendo mirando siempre adelante, con paciencia y coraje.
Y si miro atrás también veo mujeres entregadas que lo dejaron todo en el seguimiento de Jesús. Por supuesto que uno tiene “personas preferidas” y por eso -en ese recuerdo- no puedo olvidar a esa gran Turca santiagueña Martha Miguel, a quien debo tanto y de quien aprendí lo que significa paciencia, mansedumbre y magnanimidad.
Le pido, por favor, que no se olvide de rezar por mi..
Que Jesús la bendiga y la Virgen Santa la cuide.
Cordialmente,
Francisco.+
Publicar un comentario