Card. Amato: “La Madre Catalina es una página viva y preciosa del Evangelio”
Acompañado por el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, el enviado papal fue recibido en la Dirección Provincial de Aeronáutica (DPA), por un grupo de alumnas del Colegio de María, que portaban la bandera papal, de la Provincia de Córdoba y de la Madre Catalina.
Estuvieron presentes, también, la hermana María Silvia Fiorentino ECJ, madre general de las Esclavas del Corazón de Jesús; los obispos auxiliares de Córdoba, monseñor Ricardo Seirutti y monseñor Pedro Torres; Oscar González, presidente provisorio de la Legislatura de Córdoba; Juan Carlos Massei, ministro de Gobierno de la Provincia de Córdoba; Javier Romero, director general de Culto de Córdoba, y hermanas de la congregación fundada por la Madre Catalina.
Durante la conferencia de prensa que se desarrolló en dicho lugar, el cardenal Amato señaló a esta beatificación como “un mensaje de santidad, de valorización de la presencia cristiana y católica en la Argentina”. “Afortunadamente hay muchos santos y santas en la Argentina”, destacó y agregó: “Los santos son páginas del Evangelio, y Madre Catalina es una página viva y preciosa del Evangelio”.
Además, el cardenal habló sobre la situación que atraviesa la Argentina por la desaparición del submarino ARA San Juan y recordó que “el mensaje del Papa es de oración”. “Estamos llamados a orar porque es una situación muy trágica para la Argentina y para el mundo”.
Asimismo, al ser interrogado sobre una posible visita del papa Francisco a su tierra natal, el representante del Sumo Pontífice en la Argentina respondió: “Yo creo que el Papa ama mucho a la Argentina, su patria. Su corazón está aquí”. “No sé cuándo, pero vendrá”, concluyó.
“La beatificación de la Madre Catalina: un llamado a revivir la vocación a la santidad”
Por su parte, el arzobispo de Córdoba dio la bienvenida al cardenal y manifestó que “la Madre Catalina no es una flor en el desierto, sino en un jardín que, a fines del siglo XIX, ‘hermoseó’ Córdoba”. Detalló que de esa época “hay personas que son destacadísimas”, tales como el santo Cura Brochero, la beata María del Tránsito Cabanillas, el venerable monseñor Mamerto Esquiú, el padre Bustamante, monseñor Reginaldo Toro, y –ahora- la Madre Catalina.
“El mensaje de este jardín de fines del siglo XIX para nosotros que estamos en el siglo XXI es un llamado en este tiempo a revivir nuestra vocación a la santidad que tenemos desde el día de nuestro bautismo”, aseveró.
“Las personas no nacen santas, se hacen santas”
La hermana María Silvia Fiorentino ECJ señaló que “las personas no nacen santas, se hacen santas”. Y recordó que la Madre Catalina tiene una característica especial: pasó por todos los estados de vida, es decir “fue laica, madre y religiosa”. Tras hacer un breve repaso sobre su vida, rememoró la relación de la futura beata con el santo Cura Brochero y con la beata María del Tránsito Cabanillas. Finalmente, resaltó la importancia de la congregación fundada por la Madre Catalina, la primera de vida apostólica, de vida pública en la Argentina.+
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