La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano y concelebrada por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, quien tuvo a su cargo la homilía, y el presbítero César Femia.
"Buenos Aires ha perdido maternidad sobre sus hijos", advirtió monseñor Carrara.
En la misa, cada persona que perdió a un familiar en el siniestro le entregó una vela encendida a monseñor Lozano, para mantener viva la luz de los muertos.
En años anteriores, el papa Francisco envió cartas para solidarizarse y expresar su cercanía con los familiares de las víctimas. "Las heridas duelen y más todavía cuando no se tratan con ternura", expresó en 2013. “No puedo olvidar aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales", escribió el pontífice en un mensaje de puño y letra en 2014.
El sábado hubo varios actos en homenaje a los fallecidos, entre ellos una radio abierta y una marcha desde la catedral al lugar donde se levantó un espacio de memoria. A las 22.45, hora en la que comenzó el siniestro, los familiares encendieron 194 velas en la puerta del boliche y soltaron 194 globos con los nombres de cada uno de los fallecidos.
Cercanía espiritual
El 30 de diciembre de 2004, durante una recital del grupo de rock Callejeros, se desató un incendio atribuido a una bengala, en el que murieron 194 personas.
Desde entonces, familiares de víctimas reclaman justicia y, pese a que se realizó un juicio en el que hubo condenas, ninguno de los condenados por sus responsabilidades en la tragedia está en prisión.
Monseñor Lozano, quien al momento del siniestro era obispo auxiliar porteño, viene acompañando espiritualmente a familiares y sobrevivientes.
Habían pasado unas horas apenas y llegó un telegrama del entonces papa Juan Pablo II, manifestando su "profundo pesar" por las numerosas muertes jóvenes.
La madrugada del 31 de diciembre, el entonces cardenal Jorge Bergoglio visitó a heridos en hospitales, mientras encomendaba a monseñor Eduardo García, otro de sus colaboradores, celebrar misa en Bartolomé Mitre y Ecuador, frente al local nocturno de la tragedia, que hoy es paseo peatonal y recuerda a las víctimas mortales.
La Iglesia viene acompañando desde el momento mismo de la tragedia a los sobrevivientes y padres de los jóvenes muertos. En cada aniversario, se celebra una misa en la catedral metropolitana.+
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