Inspirados en el mensaje de san Josemaría, los miembros de Universitarios para el Desarrollo realizaron un “camino de solidaridad” que culminó en Chile pero que realizó obras solidarias a su paso.
Camino a Temuco, los jóvenes realizaron una parada de diez días en el Bolsón, localidad ubicada al sur de la Argentina, donde realizaron iniciativas de ayuda a los más necesitados en preparación al encuentro con Francisco, en la misa celebrada esta mañana en el aeródromo de Maquehue, Temuco.
Solidaridad, entrega a los demás, amor, compromiso social, son cualidades que han marcado el legado de este pontificado y también el lema de estos jóvenes, que hoy se encontraron con el Papa al cruzar la frontera hacia Chile.
El director de Universitarios para el desarrollo, Fernando Toller, cuenta que desde hace 20 años la organización impulsa viajes solidarios para realizar actividades sociales en zonas vulnerables. Este año en El Bolsón construyeron una escuela de carpintería y una sala cuna; pavimentaron una multicancha, refaccionaron la Iglesia, pintaron la escuela, entre muchas otras actividades. Con la intención de “poder cambiar el mundo”, los jóvenes dieron detalles de esta aventura y manifestaron sus deseos de encontrarse con su compatriota, el Papa.
Tomás Barberini, tiene 16 años y vive en Quilmes. Nacido en Neuquén, cuenta que vive en Quilmes, “porque mi familia es ‘familia de misión’, del Camino Neocatecumenal. Tengo 14 hermanos y soy el penúltimo. Vivimos en una villa tratando de imitar lo que es la Sagrada Familia, que vivían en humildad sencillez y alabanza”, expresa el joven, que verá por segunda vez al Santo Padre, con la ilusión de que este encuentro refuerce sus creencias y les brinde esperanzas para seguir.
Edgard Magaña, por su parte, tiene 20 años y es de El Salvador. Se encuentra en la Argentina estudiando Administración de Empresas y relató con satisfacción que ha participado en la construcción de pequeñas obras para personas de bajos recursos. “Me movió ir a ver a Francisco porque es la primera vez que conoceré a un Papa. Actualmente estamos viviendo un momento muy difícil en el Salvador: altos índices de violencia, mucha delincuencia, y necesitamos un poco de paz. Le pediré en este encuentro al Santo Padre que nos traiga esa paz que sólo lograremos con la ayuda de Dios”, detalló.
Nicolás Omar Gómez, de 19 años y oriundo de Mar del Plata, de día trabaja como portero en un edificio y por la noche asiste a la universidad. Comenta que comenzó a trabajar a los 12 años, al principio juntando cartones en la calle. “Nunca he visto a un Papa y creo que es una de las mejores cosas que me puede pasar en la vida. Luego de verlo estoy seguro que cambiaré como persona, en mi trabajo, en mi oración”, relató con entusiasmo.
En su paso por El Bolsón, los jóvenes estuvieron acompañados por el padre Emiliano Young Hong, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei. A 19.000 km de mi ciudad natal, Seúl, comparte con este grupo la enorme ilusión por el encuentro con el Papa Francisco en Temuco.
“Fuimos a El Bolsón con el fin de crear más espacios de encuentro y solidaridad. Fueron dos semanas muy intensas de trabajo. Como siempre, los chicos se dan cuenta de que la generosidad y la solidaridad impulsan lo mejor de uno mismo y el contacto con los más necesitados les edifica, abre sus mentes y corazones”, manifestó el sacerdote.
El padre Young Hong, que participó hace tres años de la organización de la visita del Papa a Corea, consideró que “fue impresionante el efecto de sus palabras y sus gestos, en un país de minoría cristiana”. Sus valores espirituales, destacó, fueron un modelo para millones de personas. Por ese motivo, cree que “en el encuentro con los chilenos dejará la huella de un hombre que viene a sembrar un mensaje de la grandeza de una vida cristiana vivida íntegramente”.+
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