El Encuentro de Bari es un paso más en el “camino de amor y atención” del Papa hacia Medio Oriente
En primer lugar, el cardenal Sandri explicó que es un paso más en el “camino de amor y atención del Papa hacia Medio Oriente”. Para profundizar en el porqué de este viaje ecuménico, enumeró las tres dimensiones en las que se desarrolla la atención de Francisco hacia esta región del mundo.
La primera es la relación tan especial con las Iglesias católicas orientales, con cuyos patriarcas se encontró en la Plenaria de la Congregación presidida por purpurado argentino, y junto con los que celebró misa en Santa Marta a petición propia cada vez que han sido elegidos. Asimismo, mantuvo encuentros formales e informales con ellos, en los que intercambió sus impresiones acerca de la situación de los cristianos en Medio Oriente de forma muy cercana.
En segundo lugar, la relación con los cabezas de la Iglesia ortodoxa, con los que el Papa se identifica a través de la expresión acuñada por él mismo de “ecumenismo de sangre” que se traduce por ejemplo en que “cada vez que se atenta contra los coptos ortodoxos, el Papa los considera mártires propios”, señaló el cardenal Sandri. Precisamente con los coptos hay una relación ejemplar, que se pudo palpar en la presencia del patriarca ortodoxo copto en la entronización del católico, y viceversa, en ambas ocasiones con un mensaje de paz, fraternidad y unidad.
Finalmente, se encuentra la cercanía con el enorme mundo musulmán plasmada en el diálogo interreligioso, ya que los terroristas no hacen distinción entre confesiones, matando a unos y otros. Esta atención triple del Papa hacia Medio Oriente se concreta siempre en acciones y llamamientos a la paz, siempre sin discriminar la fe de las víctimas, como cuando viajó a Lesbos con Bartolomé de Constantinopla o la oración en el Santo Sepulcro en Tierra Santa, actividad apoyada siempre por el trabajo de la Secretaría de Estado y los nuncios en la zona y en la ONU.
Oración pública y encuentro privado
Encuentro ecuménico en Bari
La idea de una oración ecuménica en Bari surge en 2016, después de que varios obispos en visitas ad limina preguntaran al Papa por Medio Oriente, pero una carta del patriarca católico maronita en nombre de las iglesias orientales –y con beneplácito de algunas ortodoxas– fue lo que hizo al Papa decidirse a organizar un encuentro ecuménico en favor de los cristianos perseguidos en la región, explicó el prefecto de las Iglesias Orientales.
El Encuentro contará con la presencia de todos los patriarcas católicos orientales, salvo el Melkita, que no podrá asistir finalmente, así como representantes de casi todas las ortodoxas –ya que todos han sido invitados–, de la luterana de Jordania y del Consejo Mundial de Iglesias.
Habrá un momento de oración pública, en distintos idiomas, y actuará el coro de la arquidiócesis de Bari junto con solistas que cantarán en arameo y sirio, y el Evangelio lo cantará en árabe un sacerdote de Siria.
Tras estos momentos de oración, el administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, el padre Pierbattista Pizzaballa, leerá un discurso acerca de los problemas del Oriente Medio y explicará los puntos clave de los que partirá la conversación que después tendrán –completamente en privado– los líderes de las Iglesias presentes. Al finalizar esta reunión, cada uno lanzará al cielo una paloma como símbolo de paz.
Bari ha sido la ciudad escogida por ser el lugar donde reposa San Nicolás, al que los italianos llaman ‘el milagroso’. El fervor de occidentales y orientales, católicos y ortodoxos por el santo, hace de su tumba el lugar más indicado para una reunión de oración por los cristianos perseguidos en Medio Oriente, y fue el propio Francisco quien propuso esta ciudad.
Card. Koch: “Cristo se hizo hombre en Medio Oriente”
Por su parte el cardenal Koch insistió en la importancia que tiene Medio Oriente para los cristianos, ya que es la tierra donde Cristo decidió hacerse hombre. El purpurado manifestó su preocupación por el dramático descenso porcentual de la cantidad de cristianos en la región, que pasaron de conformar el 20% de la población antes de la Primera Guerra Mundial al 4% que rondan hoy. Eso sí, “al ser una región martirizada, es un lugar donde los lazos ecuménicos son muy profundos”, subrayó.
Y este ecumenismo se puede clasificar en tres vertientes distintas, el de vida, el de santidad y el de sangre. Este ecumenismo de la vida, que significa ayudarse unos a otros cuando ven que el prójimo lo necesita, a veces se ha traducido por ejemplo “en acuerdos pastorales que proporcionan, si es necesario, el acceso a los sacramentos en otras iglesias, como por ejemplo entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa siria“, recordó el cardenal Koch. Así, “los cristianos en el Medio Oriente muestran el camino de la unidad a sus hermanos occidentales”.
Del ecumenismo de santidad habló el Papa en varias ocasiones. Se puede resumir entre el acercamiento entre unos y otros cristianos, que “al acercarse entre ellos se acercan a Dios”. Y es que, como dijo el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, “la difícil situación es una llamada a la santidad, y, por tanto, un compromiso de unidad”.
Finalmente, el ecumenismo de sangre, expresión que acuñó el propio Francisco, se forma “cuando los cristianos de distinto tipo sufren juntos y se ayudan y se sostienen en el sufrimiento”. Porque son cristianos, y, por tanto, la sangre vertida por los perseguidores es cristiana, sin importar si es ortodoxa o católica.+
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