El pontífice destacó la estima de la Iglesia Católica por el compromiso político cuando éste está motivado por la voluntad de crear las condiciones favorables para vivir juntos respetando las diferencias, permaneciendo pendientes de las situaciones de precariedad, y pendientes de las personas más frágiles.
Tras reconocer que en sus territorios, como en otros muchos lugares, afrontan problemas que constituyen para ustedes, en el ejercicio de su misión, numerosos desafíos, recordó una frase de la encíclica Laudato si: En efecto, la grandeza política se muestra cuando, en los momentos de dificultad, se trabaja sobre la base de grandes principios, y pensando en el bien común a largo plazo.
La historia de sus regiones, fuertemente marcadas por la dimensión mediterránea, atestigua la riqueza de la diversidad que son reales potencialidades para el ámbito humano, económico, social, cultural y también religioso. Y es, incluso, más importante, sobre la base de los principios de subsidiariedad y de solidaridad, en un gran esfuerzo de diálogo político y de creación de consenso, tener en el corazón la búsqueda del desarrollo integral de todos, subrayó.
En ese sentido, el Papa sostuvo que los valores de libertad, de igualdad, de fraternidad constituyen las fortalezas y un horizonte para el ejercicio de la responsabilidad. Ante los problemas de la sociedad, es también necesario hacerse promotores de un verdadero debate sobre los valores y las orientaciones reconocidas como comunes a todos.
En dicho debate, explicó el pontífice, los cristianos están llamados a participar con los creyentes de todas las religiones, y con todos los hombres de buena voluntad, con el fin de favorecer el desarrollo de una cultura del encuentro.
En este sentido, su deseo de servir al bien común puede llevarlos a hacer todo lo posible por construir puentes entre las personas que se encuentran en diferentes condiciones sociales, económicas, culturales y religiosas, al igual que entre diversas generaciones, precisó.
Francisco invitó a los políticos franceses a ser también creadores de vínculos entre los espacios urbanos y los rurales, entre el mundo del estudio y de los profesionales, con el fin de que el dinamismo de sus territorios se enriquezca siempre por las diferentes especificidades.
Están llamados a tratar siempre de hacerlos cercanos a los demás, especialmente entre las personas en situaciones de precariedad; a no resignarse nunca a la disparidad social, raíz de los males de la sociedad, sino a promover una conversión ecológica integral al servicio de la salvaguarda de nuestra casa común, enfatizó.
Francisco indicó que piensa también en los migrantes y en los refugiados, que han tenido que escapar de sus países por culpa de la guerra, de la miseria, de la violencia, sin perder de vista tampoco todo lo que ya se ha hecho para ayudarles.
Se trata de perseverar en la búsqueda de medios compatibles con el bien de todos, para acogerlos, protegerlos, promover su desarrollo humano integral e integrarlos. Así se puede contribuir a la construcción de una sociedad más justa, más humana y más fraterna, concluyó.+
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