Neyva Sainz contó: “A las 8 de la mañana recibí su llamado”. La mujer también reveló que el obispo de Roma le dijo que “lo sentía mucho”, que estaba orando por ellos y por Layla y que comprendía “cómo se siente” vivir esas horas de angustia.
“Al final de la charla le dije ‘gracias su santidad’”, contó la mujer. Horas más tarde, Layla apareció en la Plaza El Ángel Gris, sita en la avenida Avellaneda y Donato Álvarez, en el barrio de Flores.
La comunicación entre el Papa y Neyva Sainz fue posible por la mediación del titular de la ONG La Alameda, Gustavo Vera, muy cercano al pontífice.+
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