El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, precisó anoche que la investigación se abrió después de que los fiscales vaticanos obtuvieron “elementos de evidencia” que demuestran “la participación de los periodistas” en la difusión de documentos reservados.
El portavoz vaticano advirtió que Nuzzi y Fittipaldi pueden ser exonerados o enviados a juicio.
Los dos libros fueron publicados recientemente y sacan a la luz documentos reservados, en particular de la Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), instituida por el papa Francisco para poder reformar la Curia Romana. Los documentos presentados en los libros, son generalmente descontextualizados y denuncian un “escándalo” que favorece el éxito editorial.
El domingo pasado el papa Francisco después de rezar la oración del Ángelus recordó que robar estos documentos es un delito. “Es un acto deplorable que no ayuda”, advirtió y explicó que tanto él como sus colaboradores “ya los conocíamos bien”.
La magistratura del Vaticano se apoya en una ley del 13 de julio de 2013, promulgada por el pontífice argentino, tras el llamado “Vatileaks” relacionado con las filtraciones de noticias realizadas por el mayordomo Paolo Gabriele, que asistía a Benedicto XVI.
Las personas actualmente sospechadas de haber filtrado documentos son monseñor Vallejo Balda y la experta en Relaciones Públicas Francesca Chaouqui, el primero aún detenido. Ambos tuvieron que responder a los interrogatorios de la magistratura.+
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