Mons. Collazuol ordenó dos nuevos sacerdotes para la diócesis de Concordia
Acompañaron a los nuevos presbíteros un gran número de fieles, seminaristas, consagrados y sacerdotes. En su homilía, monseñor Collazuol destacó el modelo de fidelidad de la Virgen María y de San José.
En su homilía, el prelado relató la anunciación del ángel a María y a José, la irrupción de Dios en sus vidas, y la obediencia de la fe con que ambos respondieron: “Ha comenzado ese día la fiesta del Reino de los Cielos, al que especialmente los pobres son invitados”, afirmó el obispo.
“Se abre para José una vida nueva y una misión única”, continuó el obispo, y manifestó que “el momento de oscuridad y confusión que pasó San José nos debe ayudar a dar un paso más en nuestra fe, sabiendo que el camino de salida hacia la luz y la paz está en escuchar y obedecer a Dios más allá de nuestras noches”.
Monseñor Collazuol llamó a no tener miedo de recibir a María y con Ella al Niño Dios. “Si lo recibimos de las manos de María, desaparecen el temor y las dudas pues en María, Dios se hace carne, se hace humano, se hace cercanía y ternura, se hace Salvador”, continuó. E
Como la anunciación, la vocación sacerdotal “es una irrupción inimaginada de Dios en sus vidas”, aseguró el prelado. El llamado interior al sacerdocio, expresó, es un mensaje de Dios diciendo “te necesito para que Jesús siga naciendo, trayendo la salvación a muchos”. Estupor y desconcierto inicial.
Luego del discernimiento y de la formación, Daián y Nicolás renuevan hoy su sí: “Como María, ‘yo soy el servidor del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho’, y para hacer, como José, ‘lo que Dios les había ordenado’”.
“Como culminación de ese camino vocacional, la ordenación presbiteral confirma el llamado de Dios, confiere la potestad sacerdotal y realiza el envío para la misión”, sostuvo el obispo, y detalló que “serán predicadores del Evangelio, pastores del Pueblo de Dios y presidirán las acciones de culto, especialmente en la celebración del sacrificio del Señor”.
El prelado los llamó a encontrar su modelo en el ejemplo de María y de José, “respondiendo a la vocación divina toda su vida sacerdotal, y también la nuestra”, en una respuesta totalmente impregnada de fe, como las de María y de José.
Para finalizar, monseñor Collazuol exhortó a los nuevos sacerdotes a ser “partícipes de la misión redentora de Cristo, ser con Él víctimas totalmente consagradas y ofrecidas al servicio y a la salvación de los hermanos”, y a aprender “siempre como Jesús, contemplando a María y a José”, asegurando que “así tendrán siempre ante sus ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para servir y para tratar de salvar lo que estaba perdido”. +
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