"No se puede servir a Dios y al dinero", dijo Mons. Martorell

"No se puede servir a Dios y al dinero", dijo Mons. Martorell

Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): Tras dar lectura el último domingo a los versículos 24 al 34 del capítulo 6 del Evangelio de San Mateo, un verdadero cántico a la providencia de Dios, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, se detuvo en el pasaje donde Jesús dice que no se puede servir a Dios y al dinero.
Tras dar lectura el último domingo a los versículos 24 al 34 del capítulo 6 del Evangelio de San Mateo, un verdadero cántico a la providencia de Dios, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, se detuvo en el pasaje donde Jesús dice que no se puede servir a Dios y al dinero.

"Estamos llenos de afanes y de angustias -comentó monseñor Martorell- porque contamos demasiado con nuestros propios recursos y buscamos demasiado nuestros propios afanes; sin tener en cuenta la providencia y el amor de Dios. Estamos convencidos de que en los medios humanos está nuestra salvación. Por eso Jesús nos dice: 'no se puede servir a Dios y al dinero… donde esté tu corazón allí estará tu tesoro'. Y nuestro corazón tiene que estar puesto en Dios, que es el Señor de la vida y el custodio de nuestra alma".

Y añadió: "El hombre de hoy se caracteriza por tener un amor desmedido a los bienes de la tierra, en especial al dinero, y es capaz de posponer a la familia y a las realidades más hermosas de su vida personal -como tener un corazón justo y puro, una voluntad constante en el bien- por el dinero habido a cualquier costa".

El obispo de Puerto Iguazú prosiguió señalando que Dios es padre providente, que no tienta ni castiga, que no manda males ni permite el mal. Jesús nos enseña que su Padre, nuestro Padre que está en los cielos, es misericordioso y providente y que todos somos queridos y cuidados por Él".

"Estamos llenos de afanes y de angustias -reflexionó- porque contamos demasiado con nuestros propios recursos y buscamos demasiado nuestros propios afanes; sin tener en cuenta la providencia y el amor de Dios. Estamos convencidos de que en los medios humanos está nuestra salvación".

"Cuando el dinero se enseñorea de nuestras vidas -sentenció el prelado-, se convierte en un pésimo amo, nos tiraniza quitándonos la libertad de servir al prójimo, nos ata a los afanes de la vida y nos quita el amor por ella si carecemos de él. No creer en la providencia es tener falta de fe, lo que nos hace dejar a Dios de lado y nos quita la confianza en Dios y en la vida; falta de fe que influye en la cantidad de suicidios que padecemos en la sociedad de hoy, especialmente de gente joven.

Mientras que "el amor a Dios y la confianza en su Providencia nos hace libres y nos hace ver la vida con otros ojos, nos permite mirar la vida bajo el misterio del amor providencial del Señor, librándonos de los afanes de la tierra y su tiranía, haciéndonos felices y generosos con los demás. Todos tenemos la tentación de dejarnos llevar por el amor al dinero y poner nuestra confianza en nosotros mismos dejando a Dios de lado. Así arruinamos nuestra vida y nos convertimos en hombres paganos; hombres sin Dios", concluyó monseñor Martorell.+

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