La misa de la vigilia será el viernes a las 18 y estará presidida por monseñor Ernesto Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires. El domingo 4 de junio la misa será presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, a las 11.30.
En referencia al camino que inicia la Iglesia porteña con el Sínodo Arquidiocesano, el arzobispo de Buenos Aires, señaló que “la Iglesia está viviendo un tiempo de una riqueza extraordinaria; el eje por el cual se realiza toda la tarea del papa Francisco es el diálogo y el camino sinodal. Sínodo proviene del griego y significa algo así como ‘hacer juntos el camino’. Esta es la puerta que abre la masiva y eficaz participación de los laicos en la vida de la Iglesia”.
El purpurado agregó que “el camino sinodal supone una enorme capacidad de diálogo. Llevar adelante ese diálogo es una necesidad para la vida de la Iglesia y puede ser una referencia para todas las clases dirigentes sobre cómo enfrentar las diferencias y las problemáticas que plantea la actual situación geopolítica”.
“El papa Francisco es un ejemplo de pastor que escucha a los que están alejados de la Iglesia”, destacó el arzobispo y consideró “vital en un sínodo escuchar sinceramente a los bautizados y también a los que están alejados. Especialmente escuchar a aquellos que por palabras o actitudes de los pastores se han alejado de la Iglesia”.
Este sínodo “nos permitirá sintonizar con el espíritu de servicio misericordioso que nos enseñó Jesús y será también una oportunidad para reavivar el entusiasmo apostólico, que contagie en nuestras comunidades el deseo de un renovado testimonio de nuestra fe, capaz de anunciarlo a quienes no lo conocen. Una Iglesia sinodal está mejor preparada para evangelizar nuestra ciudad”, aseguró.
Para finalizar, deseó que el Sínodo porteño nos permita cumplir con el deseo del papa Francisco para con toda la Iglesia: "Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo”. “Cuando en el 2020 nuestra arquidiócesis cumpla los 400 años de vida, es mi deseo –confiando en la ayuda de Dios–, que la celebración nos encuentre unidos y trabajando en ese propósito”, concluyó.
En ocasión del inicio del Sínodo, la arquidiócesis compartió los subsidios para las parroquias y comunidades religiosas, movimientos, instituciones y organismos de apostolado laico:
El Subsidio de oración, para los días previos a Pentecostés o también el sábado en forma de pequeña vigilia después de la misa de la tarde. Al terminar las misas del domingo también se puede compartir con los fieles la introducción y la bendición final con la oración por el Sínodo.
El gesto en Pentecostés para dar comienzo al Sínodo Diocesano, para realizar en las misas después del Evangelio o antes de la bendición final, rezando también la Oración del Sínodo; algunas intenciones para la Oración de los Fieles , y la oración para el Sínodo:
Padre Misericordioso,
como Iglesia de Buenos Aires
queremos ponernos en camino.
A la escucha de la Palabra de tu Hijo
y escuchándonos entre nosotros.
Queremos ser misioneros misericordiosos,
aprender a detenernos,
y ser compasivos ante toda miseria humana.
Que tu Espíritu de amor nos impulse,
para hacer de nuestro Sínodo
un espacio de comunión y renovación.
Madre del Buen Ayre, no nos desampares.
San Martín de Tours, ruega por nosotros.
Amén.+
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