Mons. Martínez “Queremos decirle amén al amor de Dios, a su amor que nos completa”
La ceremonia tuvo lugar en la parroquia Jesús Misericordioso y fue concelebrada por varios sacerdotes de la diócesis y también de la vecina diócesis de Oberá. Durante la celebración fueron admitidos a las órdenes sagradas Emanuel Villalba y Antonio Vargas, fueron instituidos lectores Leandro Kuchak, Javier Alegre y Víctor Benítez. Además fue instituido acólito Jorge Benchaski.
“Qué bueno que estemos aquí compartiendo la buena noticia del servicio de estos jóvenes”, exclamó el obispo, y destacó el sí que los seminaristas dieron al servicio. “Ellos son admitidos al camino, a la última parte de su formación. Piden ser admitidos, e inician así la última etapa de formación camino al sacerdocio”.
El obispo agradeció el llamado de Dios y la respuesta de los jóvenes, y señaló que “la admisión es lo más ligado al orden sacerdotal”. A partir de ahora, detalló, “podrán usar el símbolo del sacerdote, el clergyman”.
“El ministerio del Lectorado forma parte del camino. Ellos están en la formación. Hay que ser sincero y recordar que este ministerio también lo reciben los laicos, tenemos escuelas de formación y la santa Iglesia ha querido que esto también lo reciban justamente los laicos comprometidos. Dentro del llamado Sacerdotal es un llamado específico”, explicó, y destacó que “Él es la Palabra”, que vino a revelarse, “a cambiarnos a todos”.
A partir de ahora, indicó monseñor Martínez, “ellos tendrán un contacto directo con la palabra de Dios”, y agregó que “ahora están llamados a estar más cerca del Señor. Recemos para que la su palabra replique en el corazón de ustedes”, pidió a los fieles.
En referencia al ministerio del acolitado, expresó que “también es muy especial”, porque habla de la proximidad al sacerdocio: “Es un Ministerio para servir en el altar. Para acercarse a la comunión y a la Eucaristía”, añadió.
“Todos estamos llamados a servir en la liturgia y alimentarnos en ella”, aseguró el prelado, y llamó a pensar y observar en los momentos que nos acercan. Para finalizar, valoró que entre tantas malas noticias de violencia y situaciones de dolor, existen las buenas noticias: “Queremos decirle amén al amor de Dios, a su amor que nos completa”, manifestó, y pidió al Señor por el pueblo de Dios, por las vocaciones y las familias de los seminaristas. +
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