Mons. Demetrio Jiménez anunció un año jubilar por los 50 años de la diócesis
Al mediodía se celebró la misa del peregrino y a las 18 partió de procesión con la imagen de la Virgen, desde la gruta del Barrio Santa Teresita hasta la catedral Nuestra Señora del Rosario, donde el obispo prelado de Cafayate, monseñor el obispo prelado de Cafayate, monseñor José Demetrio Jiménez OSA, presidió la Eucaristía.
El prelado anunció un año jubilar a partir de julio de 2018 con motivo de los 50 años de la creación de la diócesis, que se cumplirá en 2019, y destacó el esfuerzo de los peregrinos que llegaron hasta Cafayate desde los valles calchaquíes y los distintos parajes de esta jurisdicción eclesiástica que abarca departamentos de las provincias de Salta, Tucumán y Catamarca.
En la homilía, monseñor Jiménez hizo referencia al problema de las drogas, al preguntar: “¿Sera inexorable, será inevitable que el narcotráfico se establezca entre nosotros?, ¿Lo permitiremos como sociedad?, ¿cuántas familias destruirá, cuantas se llevó ya por delante?, ¿cuántas vidas devorará, cuantas a devorado ya? ¿A cuántos amenazará o está ya amenazando? ¿Quiénes serán sus cómplices o están ya siéndolo?, ¿Quienes se hacen cargo de nuestros hermanos adictos, de las madres que no pueden contenerlos o de padres que no saben qué hacer?”.
Asimismo, puso a disposición la Iglesia como una herramienta más en la búsqueda del abordaje y posibles soluciones a este flagelo cada vez más presente en esta comunidad.
El obispo también exhortó a la feligresía a adoptar una posición crítica de los ciudadanos ante las prácticas dadivosas y el clientelismo político: “¿Tendremos que resignarnos a recibir sumisamente lo que se nos quiera dar, aunque sea con ojos llorosos o con rodillas sangrantes, o con salud precaria, o con pulmones intoxicados, o con acequias sin agua, o con napas mermadas, o con cerros maltratados, o con bosques nativos desmontados, lechos de ríos con cauces desbordados y sin las defensas adecuadas para evitar los peligros que ya se dieron en el pasado?”, se preguntó.
Monseñor Jiménez reclamó definiciones al tema de la propiedad de la tierra y el problema habitacional: “¿Tendremos que esperar que alguien se subleve para que la lentitud burocrática agilice los trámites? ¿Y los conflictos aún no resueltos de nuestras tierras?”
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