En la primera jornada de su visita, el obispo almorzó con los seminaristas, y durante la tarde pudo hablar personalmente con cada uno de los jóvenes marplatenses sobre cuestiones de carácter pastoral, organizativas y nuevos enfoques sobre las distintas etapas que están transitando en su camino de formación.
Durante el almuerzo, monseñor Gabriel saludó a cada una de las mesas de nuestros compañeros. Para nosotros fue muy importante porque era la primera visita oficial del obispo. A las 20, rezamos la misa con las vísperas sólo los seminaristas marplatenses y nos tocó la parábola del Buen Samaritano, comentó Gonzalo, uno de los jóvenes marplatenses. Durante su prédica, monseñor Mestre destacó la importancia de ver y conmoverse, y llamó a profundizar, como futuros sacerdotes, en esa actitud: que seamos siempre capaces de conmovernos y que la entrega sea desde ahí, viendo a los hermanos caídos, con heridas, y cómo ayudar a curarlos, detalló el seminarista.
Luego de la misa, monseñor Gabriel compartió la cena donde relató a los estudiantes cómo fueron sus primeros pasos y actividades como obispo. La vivimos fraternalmente, cordialmente, fue muy lindo encontrarnos con él, y ver al obispo tan cercano, como padre, hermano y amigo de nosotros. Estamos muy felices con su visita. Nos pidió también que sigamos cultivando la amistad sacerdotal entre nosotros, y a seguir trabajando y orando juntos como lo hacemos a través del rosario y la lectio divina de los jueves, y del trabajo con el documento Evangelii Gaudium, que empezamos a reflexionar todos los viernes. Su visita nos renovó en la fe, agregó Gonzalo, quien reconoció que verlo a él tan entregado, te dan ganas de dejar todo y seguir al Señor, a través del obispo y la diócesis. A nosotros se nos hace difícil estar tan lejos de nuestro pueblo concreto, de nuestra Iglesia, por eso su presencia nos fortalece, concluyó.
Durante la mañana del martes, monseñor Mestre celebró la Eucaristía con todos los miembros del seminario, y se refirió a la importancia de entregarse a Jesús. Luego de esta visita, los seminaristas se preparan para participar de la peregrinación diocesana a Luján, que será el domingo 12 de noviembre. Como es tradición, ellos animarán el Vía Crucis que se realiza a las 14 en el santuario nacional.+
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