Luego de la misa de exequias celebrada en la mañana del martes 10 de octubre en la parroquia Patrocinio de San José (Ayacucho 1072), sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Recoleta.
La misa de cuerpo presente fue presidida por el obispo auxiliar y provincial general de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, y concelebrada por el obispo de Chascomús y secretario de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Carlos Humberto Malfa; el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor José María Baliña; el arzobispo emérito de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan; el obispo de San Martín, monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, junto con una veintena de sacerdotes.
"Antes de este paso, esta Pascua de ‘Rafi’ me hubiera dado vergüenza hablar delante de él, que fue tan buen profesor de cada uno de nosotros”, expresó en la homilía monseñor Baliña.
Aseguró que “cada uno tendría muchas anécdotas que contar de ‘Rafi’, que fue un grande como dirigente, como organizador, fue un hombre de Dios”. Y recordó la enseñanza de Jesús: “Si ustedes no se hacen como niños no entrarán en el Reino de los Cielos”. Monseñor Baliña señaló que lo importante no eran todas las genialidades que humanamente hizo, sino “que se hizo pequeño, hizo lugar para dejarse abrazar por el amor de Dios”, e invitó a todos “a dejarse abrazar por Jesús”.
Casi al término de la celebración, monseñor Eguía encomendó al presbítero Braun “a la protección maternal de la Virgen, a quien tanto quería”, y los presentes –entre ellos, familiares, amigos, y muchas personas que compartieron la labor del sacerdote en el centro de espiritualidad Santa Catalina, junto con numerosos dirigentes y miembros de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), de la que fue asesor- acompañaron el rezo de un avemaría.
El párroco del Patrocinio de San José, presbítero Fernando Giannetti, consideró “un don de Dios” poder despedir a quien fue su maestro en el seminario, y afirmó que “Dios quiso que, desde hace dos años y medio, esté a cargo de la parroquia que sus abuelos (del padre Braun) fundaron, y al lado de la cual vivía el sacerdote”.
Concluida la misa, el rabino Sergio Bergman agradeció haber sido invitado a decir unas palabras y describió al padre Braun como “un hombre justo, bueno, que parte para lo eterno”. Lo llamó “padre” por el sentido de su generosidad, y manifestó que podría llamarle, como dicen los textos sagrados: rabí, es decir, maestro. Bergman hizo alusión a la significación de su nombre, “Rafael”, que quiere decir “Dios cura”, y pidió que el Señor “le dé el descanso de los justos en la eternidad”.
Su vida
Rafael Braun nació en Buenos Aires el 19 de marzo de 1935 y fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1963. Era doctor en Filosofía por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y licenciado en teología por la Universidad Católica Argentina.
Fue director de la revista Criterio entre 1978 y 1993, y miembro de su Consejo de Redacción durante 40 años, y a la fecha, miembro de su Consejo Asesor. Fue colaborador de La Nación y Clarín y tuvo actuación en programas de radio y televisión. Era miembro de la Academia Nacional de Periodismo.
Fue rector de la iglesia Santa Catalina de Siena y también miembro del Consejo Directivo de la Fundación Banco de Alimentos.
Recibió, entre otras distinciones, en 1991 el Laurel de Plata otorgado por el Rotary Club de Buenos Aires y en 1996 el Premio Derechos Humanos B’nai B’rith Argentina y el Diploma al Mérito en la Disciplina Ética, concedido por la Fundación Konex.+
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